Los seres humanos no somos los únicos animales en cuyos grupos hay líderes. En otras especies en las que se configuran grupos estables también los hay. Los grupos de elefantes están formados por hembras adultas y por crías e individuos jóvenes de ambos sexos. En esos grupos la hembra de más edad, la matriarca, ejerce el liderazgo: juega un papel clave en la coordinación de los movimientos del grupo y en las respuestas a las amenazas. Y la condición de líder obedece probablemente al hecho de que, al ser la hembra de más edad, cuenta con más conocimiento ecológico que el resto de miembros del grupo.
Una de las situaciones en que se puede poner a prueba el conocimiento de una matriarca es la que se produce cuando ha de afrontar la amenaza de los depredadores o cuando existe tal riesgo. Dejando aparte a los seres humanos, los leones son los principales depredadores de los elefantes africanos, y suelen atacar a crías de menos de cuatro años de edad. Cuando un grupo de elefantes es atacado por un grupo de leones, los elefantes adoptan un comportamiento de defensa cooperativo y muy agresivo que resulta bastante eficaz, por lo que no resulta nada fácil para los leones abatir a un joven elefante.
Recientemente se ha sometido a contraste experimental la capacidad de diferentes matriarcas para detectar y reaccionar a la amenaza que suponen los rugidos de leones. En los experimentos se analizaron las respuestas dadas por 39 grupos de elefantes a grabaciones de rugidos de leones que diferían en dos características: número (uno o tres) y sexo de los leones que integraban el grupo. Lógicamente, es más probable que tenga éxito un grupo de tres que un único león, y también es más probable que los leones tengan éxito si son machos, ya que son mucho más fuertes que las hembras (tienen un 50% más de masa).
En la investigación se estudiaron las siguientes respuestas: la actitud de escucha prolongada de la matriarca del grupo de elefantes, la adopción de un comportamiento defensivo de agrupamiento, la intensidad de tal agrupamiento, el cambio en la disposición de la matriarca con respecto al origen del sonido grabado, y la aproximación de los miembros del grupo hacia la matriarca.
Todos los grupos estudiados reaccionaron con mayor intensidad a las grabaciones de los rugidos de tres leones que a las de uno, algo que resulta perfectamente lógico. Pero el resultado más significativo del estudio fue que las matriarcas de más edad mostraron una mayor sensibilidad ante los rugidos de los leones macho, como mostraba el hecho de que cuanto más años tenían, más probable era que prestasen atención prolongada a las grabaciones de esos leones y que sus grupos adoptasen comportamientos defensivos. Por lo tanto, las hembras de más edad están más capacitadas para detectar con prontitud la presencia de leones macho, algo que puede resultar crucial a la hora de defender a los miembros más débiles del grupo.
Este estudio ha mostrado que las matriarcas de más edad son más capaces que las más jóvenes de distinguir diferentes niveles de amenaza dentro de un mismo tipo de depredador potencial. Y eso pone de manifiesto el valor del conocimiento acumulado a lo largo del tiempo, por la gran importancia que tiene tal conocimiento de cara a tomar decisiones de carácter colectivo de las que depende la supervivencia de alguno de los miembros del grupo. Debe tenerse en cuenta, por otro lado, que seguramente el conocimiento ecológico de las matriarcas no se limita a la capacidad para valorar la amenaza de depredadores potenciales, sino que muy probablemente también abarca a la disponibilidad y ubicación de los recursos, -de alimento, agua u otro tipo-, esenciales para la supervivencia del grupo que lideran.
Para terminar, una breve consideración acerca de nuestra especie. En las sociedades más dependientes de la explotación directa de recursos naturales, las personas de más edad han ejercido normalmente el liderazgo dentro de sus grupos; son esos a los que denominamos, arquetípica y cinematográficamente, “ancianos de la tribu”. Eran, como las matriarcas de los grupos de elefantes, las personas que acumulaban un mayor conocimiento “ecológico”. En las sociedades modernas, basadas en la industria y los servicios, el conocimiento relevante para los grupos humanos no es ese conocimiento ecológico que proporciona, ante todo, la experiencia, o no lo es de manera exclusiva, al menos. En la actualidad no es extraño que haya organizaciones gobernadas por individuos relativamente jóvenes, porque aparte de sus cualidades para dirigir grupos humanos, esos individuos jóvenes bien pueden ser los que cuenten con el conocimiento más valioso para el grupo que lideran.
Fuente:
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