El investigador español habla de avances que pueden retrasar el envejecimiento o producir órganos en animales para trasplantes.
Javier Sampedro contó en este periódico
que hace unos años a Juan Carlos Izpisúa (Hellín, Albacete, 1960) le
diagnosticaron una enfermedad renal grave, una que afecta a sus dos
riñones y puede costarle la vida. Su reacción ayuda a compartir la fe
que transmite el investigador del Instituto Salk de la Jolla en
California (EE UU) cuando habla de lo que hace en su laboratorio,
hazañas que parecen de ciencia ficción, pero son solo ligeramente
futuristas. Tras asimilar la noticia, abrió una línea de investigación
renal en sus laboratorios de medicina regenerativa y en 2013, presentó
unos minirriñones construidos a partir de células madre humanas. El
trabajo fue incluido por la revista Science entre los más destacados del año.
En un estudio más reciente,
mostró cómo había modificado la expresión génica de ratones enfermos
doblando su esperanza de vida. El tipo de tratamiento no actuaba sobre
la mutación causante de la dolencia sino que modificaba una serie de
marcas químicas que se acumulan sobre el genoma. Izpisúa cree que estos
tratamientos epigenéticos (del griego epi, sobre, porque van por encima
de los genes) son una llave para combatir el envejecimiento y prolongar
el número de años que podremos vivir con salud. “Hemos prolongado la
vida de animales con cambios epigenéticos y no hay nada que me indique
que no se podrá hacer en humanos”, afirma.
Si todas estas promesas se hacen realidad, el impacto social será
inmenso y el investigador cree que los políticos no parecen conscientes
de esta revolución que ya se está gestando. “Todo esto se debe regular,
pero nuestros gobernantes desconocen hasta los experimentos que estamos
haciendo. ¿Cómo van a poder regular? Deberían tener un poquitín más de
interés en saber qué es lo que están haciendo los científicos para
apoyarlo, regularlo y que se beneficie toda la sociedad y no solo unos
pocos”, remacha poco antes de dar una conferencia en Madrid con motivo
del 350 aniversario de la farmacéutica Merck.
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El País Ciencia