Los pumas, que se alimentan de carne, huesos, vísceras, etc, sobrevivieron a la gran extinción masiva de hace 12 mil años, mientras que sus primos, el dientes de sable y león americano, no fueron capaces por ser más quisquillosos con la comida.
El estudio, publicado en la revista Biology Letters, determinó que los hábitos alimenticios salvaron al puma, y posiblemente al jaguar también, de la extinción.
Antes de la extinción del Pleistoceno tardío, seis especies de felinos grandes vagaban por las llanuras y los bosques de América del Norte. Sólo dos, el puma y el jaguar, sobrevivieronComenta la autora principal del estudio, Larisa DeSantis, profesora de Ciencias Ambientales y de la Tierra en la Universidad de Vanderbilt.
El objetivo de nuestro estudio fue examinar la posibilidad de que los factores dietéticos pudieran explicar la supervivencia del pumaElla y su compañero Ryan Haupt, de la Universidad de Wyoming, analizaron dientes de antiguos pumas, de los dientes de sable y leones americanos excavados desde La Brea Tar Pits en Los Angeles.
Los investigadores utilizaron una nueva técnica llamada "análisis de micro-textura dental". En el que se hace uso de un microscopio de alta potencia para producir imágenes tridimensionales de la superficie del diente. Estas imágenes revelan patrones de desgaste de los dientes que sugieren cómo y de qué se alimentaban los animales más a menudo.
Un consumo de carne roja, por ejemplo, produce pequeñas rayas paralelas en el diente, mientras que al masticar huesos se producen unos arañazos más profundos en la dentadura.
DeSantis y su grupo de trabajo han encontrado que los patrones de desgaste dental de los leones americanos extintos se asemeja mucho a las de los guepardos modernos. Ambas especies coinciden en basar su alimentación en carne fresca, simplificando su dieta a un único alimento. Los dientes de sable eran, en cambio, similares a los leones africanos, que lo mismo mastican hueso que carne.
Existe cierta variación entre los pumas de La Brea y los actuales, pero muchos patrones mostraron que el desgaste dental es parecido al de las hienas modernas, que se alimentan de cualquier parte de sus presas, ya sea carne, vísceras o hueso.
Esto sugiere que los pumas del Pleistoceno tenían un comportamiento alimentario "generalizado". En concreto, es probable que mataran y consumieran a sus presas por completo. Y más aún cuando los otros grandes felinos se habían extinguidoConcluye DeSantis.
A día de hoy, los pumas modernos son depredadores oportunistas y carroñeros de presas abandonadas. Esta característica pudo haberles salvado de la extinción
Fuente:
Xakata Ciencia