Al parecer la forma como pensamos en el dolor tiene un efecto importante en la forma como realmente sentimos ese dolor.
También se cree que puede haber una correlación ilusoria.
Es decir, la mayoría de los golpes sólo duelen agudamente unos segudos. Si gastamos esos segundos sobándonos la zona lesionada, lo más seguro es que pensemos que la sobada fue lo que alivió el dolor.
Fuente:
BBC Ciencia