Los vegetales también padecen cáncer, pero en este caso la enfermedad no es mortal, aunque puede perjudicar su desarrollo. Los tumores suelen ser producidos por organismos como líquenes, bacterias, virus e insectos. Uno de los más comunes se debe a la acción de la Agrobacterium tumefaciens, una bacteria que origina en las plantas dicotiledóneas unos nódulos conocidos como agallas o tumores del cuello, que crecen en la zona donde se unen la raíz y el tallo.
La Agrobacterium tumefaciens sigue el rastro de las sustancias que la planta libera a través de pequeñas heridas y aprovecha estas vías para infiltrarse. Después, el microorganismo se incrusta en los espacios intercelulares y desde allí transfiere a las células de su huésped un fragmento de su material genético, que se integra en alguna zona del genoma de la planta y se convierte en cáncer.
El proceso es muy interesante para los científicos que investigan en ingeniería genética, ya que la Agrobacterium tumefaciens
resulta ser un agente muy adecuado para transmitir las propiedades que
se quieran implantar en un determinado cultivo. Por ejemplo para
desarrollar especies vegetales resistentes a insectos y plagas.
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