Gráfico que analiza la información proporcionada por el satélite Kepler. | EM
Un adolescente recibe hoy en cinco minutos más información que la que
recibían sus padres en un día o, incluso, en una semana. Pero la
experiencia ha demostrado que el exceso de información es contraproducente y lleva a la más absoluta de las incertidumbres.
Poco se ha hablado, sin embargo, de las posibles soluciones, más allá
de una exposición moderada a las fuentes de información. Una de ellas es
el 'Arte de Datos', término reciente para referirse a la visualización
de datos. Con él se aúna ciencia, arte y tecnología.
Jer Thorp. | EM
El canadiense Jer Thorp es uno de los artistas de datos de mayor prestigio mundial. En la última edición del SAS Forum (congreso dedicado al análisis inteligente de datos), que se ha celebrado esta semana en Madrid, Thorp se encargó de explicar que esa simplificación de datos hace emerger un conocimiento nuevo que antes no se podía ver. Así, por ejemplo, se pueden conocer los mecanismos de propagación entre la población de una enfermedad para saber adelantarse a ella, los temas que más interesan a las personas detectando las palabras que usan en sus tweets, o estudiar los textos de Shakespeare para conocer qué fórmulas lingüísticas usaba con mayor frecuencia el dramaturgo inglés. Prácticamente cualquier campo profesional, científico o social necesita esta conversión de datos abstractos en algo concreto para poder conocer el entorno y, en consecuencia, actuar adecuadamente.
Los gráficos de Thorp han sido expuestos en espacios públicos en varias ocasiones. Aunque sus creaciones pueden resultar algo frías e inextricables, lo cierto es que este canadiense considera que "no hay nada más humano que el arte de datos. Sin nosotros, no podría existir, es producto nuestro. Muchas personas, al cerrar los ojos e intentar imaginarse que son los 'data', podrían pensar en un montón de ceros y unos, o una hoja de Excel. Pero no es así. Cuando vas a un restaurante y recibes la factura, eso es 'data', eso es lo que procesamos. Es decir, algo completamente humano", afirma convencido.
El 'Data Art' funciona como unas estadísticas avanzadas y embellecidas que incorporan varias disciplinas académicas, aunque destaca de manera especial la Informática. "Tenemos la tendencia de pensar que las cosas que existieron antes de la creación de los ordenadores son estúpidas, pero eso es absolutamente falso", defiende Thorp.
Este sistema tiene la virtud, además, de no exigir grandes inversiones económicas. Las herramientas que emplean son informáticas y muchos de los programas son gratuitos. "Lo que nos interesa es que la gente lo pueda entender, que pregunte. Por eso me gusta que muchos de mis gráficos se expongan en la misma calle". Sin embargo, debido a que es un campo que requiere un conocimiento muy específico, Thorp reconoce que existe una laguna muy grande para poder interpretarlos correctamente.
El déficit de conocimiento explica que las manipulaciones en este ámbito sean fáciles. Basta con dar una interpretación u otra. "La palabra que yo utilizo para esto es 'parcialidad'. La responsabilidad de las personas no es ser 'imparciales', porque eso es imposible. La responsabilidad es reconocer tu parcialidad y revelarla. Al final, todo se reduce a la ética que tenga la persona", cuenta.
Jer Throp da clases en el Programa de Telecomunicaciones Interactivas de la Universidad de Nueva York. "Lo primero que digo a mis alumnos es que el 'Arte de Datos' es un territorio inexplorado". Junto con Ben Rubin y Mark Hansen, Throp ha creado 'The Office for Creative Research', donde sigue potenciando esta relativamente nueva disciplina que tan buenos resultados está dando.
Fuente:
El Mundo Ciencia
Jer Thorp. | EM
El canadiense Jer Thorp es uno de los artistas de datos de mayor prestigio mundial. En la última edición del SAS Forum (congreso dedicado al análisis inteligente de datos), que se ha celebrado esta semana en Madrid, Thorp se encargó de explicar que esa simplificación de datos hace emerger un conocimiento nuevo que antes no se podía ver. Así, por ejemplo, se pueden conocer los mecanismos de propagación entre la población de una enfermedad para saber adelantarse a ella, los temas que más interesan a las personas detectando las palabras que usan en sus tweets, o estudiar los textos de Shakespeare para conocer qué fórmulas lingüísticas usaba con mayor frecuencia el dramaturgo inglés. Prácticamente cualquier campo profesional, científico o social necesita esta conversión de datos abstractos en algo concreto para poder conocer el entorno y, en consecuencia, actuar adecuadamente.
Los gráficos de Thorp han sido expuestos en espacios públicos en varias ocasiones. Aunque sus creaciones pueden resultar algo frías e inextricables, lo cierto es que este canadiense considera que "no hay nada más humano que el arte de datos. Sin nosotros, no podría existir, es producto nuestro. Muchas personas, al cerrar los ojos e intentar imaginarse que son los 'data', podrían pensar en un montón de ceros y unos, o una hoja de Excel. Pero no es así. Cuando vas a un restaurante y recibes la factura, eso es 'data', eso es lo que procesamos. Es decir, algo completamente humano", afirma convencido.
El 'Data Art' funciona como unas estadísticas avanzadas y embellecidas que incorporan varias disciplinas académicas, aunque destaca de manera especial la Informática. "Tenemos la tendencia de pensar que las cosas que existieron antes de la creación de los ordenadores son estúpidas, pero eso es absolutamente falso", defiende Thorp.
Este sistema tiene la virtud, además, de no exigir grandes inversiones económicas. Las herramientas que emplean son informáticas y muchos de los programas son gratuitos. "Lo que nos interesa es que la gente lo pueda entender, que pregunte. Por eso me gusta que muchos de mis gráficos se expongan en la misma calle". Sin embargo, debido a que es un campo que requiere un conocimiento muy específico, Thorp reconoce que existe una laguna muy grande para poder interpretarlos correctamente.
El déficit de conocimiento explica que las manipulaciones en este ámbito sean fáciles. Basta con dar una interpretación u otra. "La palabra que yo utilizo para esto es 'parcialidad'. La responsabilidad de las personas no es ser 'imparciales', porque eso es imposible. La responsabilidad es reconocer tu parcialidad y revelarla. Al final, todo se reduce a la ética que tenga la persona", cuenta.
Jer Throp da clases en el Programa de Telecomunicaciones Interactivas de la Universidad de Nueva York. "Lo primero que digo a mis alumnos es que el 'Arte de Datos' es un territorio inexplorado". Junto con Ben Rubin y Mark Hansen, Throp ha creado 'The Office for Creative Research', donde sigue potenciando esta relativamente nueva disciplina que tan buenos resultados está dando.
Fuente:
El Mundo Ciencia