El cambio climático se perfila como gran
aliado del comercio chino. El Yong Sheng, un buque de 19.461 toneladas
de la empresa Cosco, inició el jueves pasado en el puerto de Dalian
(provincia de Liaoning) un viaje de 33 días que le llevará a Rotterdam
(Holanda) tras pasar el estrecho de Bering y navegar a lo largo de la
costa norte rusa, según la prensa oficial china.
Se trata del primer mercante del país asiático que
utiliza el llamado paso del noreste del Ártico -o ruta marítima del
Norte- para llegar a Europa; una vía que podría suponer una revolución
para el comercio mundial a largo plazo. Se prevé que acorte alrededor de
un 30% la duración del viaje entre China y Europa, lo que representará
un fuerte ahorro.
Analistas internacionales, en todo caso, son prudentes y
advierten de que pasarán años hasta que el trayecto sea comercialmente
viable y una alternativa real al canal de Suez.
La ruta se ha hecho más fácilmente navegable debido
a que el calentamiento global funde ahora el hielo del mar más tiempo;
es transitable alrededor de cuatro meses al año -desde finales de julio a
noviembre-, evita 7.000 kilómetros de viaje y suprime el potencial
cuello de botella de inestabilidad política que supone el canal de Suez.
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