El fotógrafo Alan Friedman retrató al Sol en Alta Definición desde el jardín de su casa, utilizando un telescopio convencional y una cámara profesional.
The Sun es una serie de fotografías concebidas por el artista Alan Friedman, las cuales tratan acerca del centro y eje del sistema solar, el astro rey, capturándolo desde una perspectiva que nunca habíamos visto antes, en un abordaje que logra una mezcla casi imposible entre la fantasía y el hiperrealismo, debido al detalle milimétrico en la textura de su superficie. Sin embargo, el otro factor impresionante de su colección es que Friedman es en realidad un diseñador de tarjetas de felicitación y los retratos los tomó desde el jardín de su casa, ubicada en Buffalo, New York.
Utilizando un telescopio convencional, nada desarrollado especialmente por la NASA, Friedman enfocó su cámara a través del visor y utilizó una serie de filtros y lentes cotidianos de su trabajo, jugando la velocidad de obturación y la luz logró capturar al sol de esta forma impresionante para luego dotarlo de color, tenemos una serie de imágenes que resultan imponentes pero que a su vez transmiten una sensación única de serenidad y calma, con una superficie cuya textura evoca a la de las nubes o el algodón de azúcar.
Mis fotografías se comprenden de un diario solar, retratos de un momento en la vida de nuestra estrella local. La mayoría son capturadas desde mi jardín trasero en Buffalo, New York. Utilizando un pequeño telescopio y filtros, puedo capturar detalles en Alta Resolución, y registrar los movimientos en la atmosfera solar, la cual cambia en cuestión de minutos. La materia prima de mi trabajo es en blanco y negro, muchas veces difuso, mientras preparo las fotos, el color es aplicado y sus tonalidades ajustadas para una mejor captura de los retratos.Es lo que declara el autor en su página de Tumblr, donde ha decidido compartir su colección. De acuerdo con el propio Friedman, su trabajo lo considera una obra de fotoperiodismo, donde la manipulación del color no tiene ninguna otra finalidad más que la de ofrecer una perspectiva real de la estrella que tenemos allá arriba. La serie de Friedman es algo francamente impresionante, y nos demuestra que no es necesario ir a una estación espacial para capturar el universo en su mayor esplendor.
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