Los siete astronautas del 'Columbia' murieron en el accidente.| NASA
El desprendimiento de un fragmento de gomaespuma de pocos gramos de
peso provocó que el imponente transbordador 'Columbia' de la NASA se
desintegrara en el aire. Pese a las advertencias de los ingenieros, que
detectaron la avería durante el viaje de ida a la Estación Espacial
Internacional (ISS), el problema técnico no se resolvió.
Dos semanas después, durante el vuelo de regreso a la Tierra, la nave hizo explosión. El resultado: la muerte de los siete astronautas que conformaban la tripulación y la conmoción de todo un país, que asistía con incredulidad a un nuevo accidente mortal de otro transbordador, uno de los orgullos nacionales. Y es que sólo algunos años antes, en 1986, el 'Challenger' había sufrido la misma suerte, aunque en aquella ocasión la explosión y la muerte de sus siete astronautas se produjo durante el despegue. Exactamente 73 segundos después del lanzamiento.
Una década después de la pérdida del 'Columbia', los transbordadores ya forman parte de la Historia y los vehículos que sobrevivieron (el 'Endeavour', el 'Discovery', el 'Enterprise' y el 'Atlantis') se exhiben en los museos de EEUU. Aunque estas naves espaciales volvieron a volar en 2005, una vez que se esclarecieron las causas del accidente y se revisaron las normas de seguridad, las dos tragedias pusieron de manifiesto los riesgos del 'shuttle', que además tenía unos costes de mantenimiento muy altos.
Dos semanas después, durante el vuelo de regreso a la Tierra, la nave hizo explosión. El resultado: la muerte de los siete astronautas que conformaban la tripulación y la conmoción de todo un país, que asistía con incredulidad a un nuevo accidente mortal de otro transbordador, uno de los orgullos nacionales. Y es que sólo algunos años antes, en 1986, el 'Challenger' había sufrido la misma suerte, aunque en aquella ocasión la explosión y la muerte de sus siete astronautas se produjo durante el despegue. Exactamente 73 segundos después del lanzamiento.
Una década después de la pérdida del 'Columbia', los transbordadores ya forman parte de la Historia y los vehículos que sobrevivieron (el 'Endeavour', el 'Discovery', el 'Enterprise' y el 'Atlantis') se exhiben en los museos de EEUU. Aunque estas naves espaciales volvieron a volar en 2005, una vez que se esclarecieron las causas del accidente y se revisaron las normas de seguridad, las dos tragedias pusieron de manifiesto los riesgos del 'shuttle', que además tenía unos costes de mantenimiento muy altos.
¿Un accidente inevitable?
Eran las 8.59 horas (en Florida) del 1 de febrero de 2003 cuando el
centro de control de la NASA dejó de tener comunicación con el
'Columbia', cuando se encontraba a 70 kilómetros de altura y le faltaba
muy poco para aterrizar. Como dijo el entonces presidente de EEUU,
George W. Bush, durante su discurso de despedida, "su misión ya casi se había completado, y los perdimos muy cerca de casa".
Los restos de la nave quedaron repartidos por una amplia zona. Los equipos de salvamento lograron recuperar decenas de piezas que hicieron posible la 'autopsia' del 'shuttle'. La caja negra de la nave reveló también que el problema técnico se había originado en el ala izquierda.
El 'Columbia' durante una de sus misiones antes del accidente.| NASA
¿Por qué se infravaloró el peligro que podía suponer el desprendimiento de aquel trozo de espuma aislante que recubría el soporte que unía el morro de la nave con el depósito externo de combustible? Los ingenieros de la NASA compararon este episodio con otros sucedidos anteriormente y aunque recomendaron que se realizara un paseo espacial de emergencia para inspeccionar el ala izquierda, oficialmente la dirección de la NASA concluyó que no había razones para la alarma.
Sin embargo, Carlos González Pintado, ex jefe de Operaciones de la NASA en el Complejo de Comunicaciones con el Espacio Profundo de Madrid (MDSCC), en Robledo de Chavela (Madrid), afirma que en realidad no era posible reparar la avería. De hecho, González se muestra convencido de que tanto los siete astronautas como los trabajadores del centro de control de Houston eran conscientes de la gravedad del problema y sabían que habría un accidente. "No había posibilidad de que arreglaran la avería, porque los astronautas no llevaban trajes para hacer una caminata espacial y repararla. Por otro lado, el transbordador no llevaba el módulo de acoplamiento a la ISS, así que tampoco era posible que se trasladaran a la plataforma y esperaran junto a los otros astronautas a que otra nave les trajera a la Tierra", explica en conversación telefónica.
González recuerda la preocupación que se vivía en la base madrileña de la NASA durante los días previos al vuelo de regreso: "Estábamos muy preocupados por el desprendimiento de la pieza del transbordador, aunque no sabíamos cuál era el alcance de la avería", señala. "Los astronautas fueron muy profesionales. Sabían que estaban condenados a morir. Hasta cierto punto, fue un accidente inevitable", sostiene el ingeniero.
Los restos de la nave quedaron repartidos por una amplia zona. Los equipos de salvamento lograron recuperar decenas de piezas que hicieron posible la 'autopsia' del 'shuttle'. La caja negra de la nave reveló también que el problema técnico se había originado en el ala izquierda.
El 'Columbia' durante una de sus misiones antes del accidente.| NASA
¿Por qué se infravaloró el peligro que podía suponer el desprendimiento de aquel trozo de espuma aislante que recubría el soporte que unía el morro de la nave con el depósito externo de combustible? Los ingenieros de la NASA compararon este episodio con otros sucedidos anteriormente y aunque recomendaron que se realizara un paseo espacial de emergencia para inspeccionar el ala izquierda, oficialmente la dirección de la NASA concluyó que no había razones para la alarma.
Sin embargo, Carlos González Pintado, ex jefe de Operaciones de la NASA en el Complejo de Comunicaciones con el Espacio Profundo de Madrid (MDSCC), en Robledo de Chavela (Madrid), afirma que en realidad no era posible reparar la avería. De hecho, González se muestra convencido de que tanto los siete astronautas como los trabajadores del centro de control de Houston eran conscientes de la gravedad del problema y sabían que habría un accidente. "No había posibilidad de que arreglaran la avería, porque los astronautas no llevaban trajes para hacer una caminata espacial y repararla. Por otro lado, el transbordador no llevaba el módulo de acoplamiento a la ISS, así que tampoco era posible que se trasladaran a la plataforma y esperaran junto a los otros astronautas a que otra nave les trajera a la Tierra", explica en conversación telefónica.
González recuerda la preocupación que se vivía en la base madrileña de la NASA durante los días previos al vuelo de regreso: "Estábamos muy preocupados por el desprendimiento de la pieza del transbordador, aunque no sabíamos cuál era el alcance de la avería", señala. "Los astronautas fueron muy profesionales. Sabían que estaban condenados a morir. Hasta cierto punto, fue un accidente inevitable", sostiene el ingeniero.
Un fragmento de gomaespuma
Dibujo de un niño en recuerdo de los astronautas.| NASA
Según recuerda Giles Sparrow en su libro 'Astronáutica, la historia desde el Sputnik al transbordador y más allá' (Editorial Akal), la investigación posterior a la tragedia reveló que el fragmento que se desprendió era mayor que en cualquier otra misión anterior y golpeó la nave a mucha más velocidad y con un ángulo distinto. Asimismo, el impacto afectó a un borde del ala, que es una zona que soporta mucho calor durante la reentrada a la atmósfera y, por lo tanto, era especialmente sensible.
Tras el accidente del 'Columbia' los siguientes vuelos programados del 'shuttle' se cancelaron y se paralizó la construcción de la Estación Espacial Internacional (ISS). Las únicas naves que volaron durante un par de años fueron las rusas 'Soyuz', que se encargaron de trasladar a los astronautas y enviar los suministros a la ISS.
Mientras tanto, se introdujeron nuevas medidas de seguridad. Desde el accidente se empezaron a realizar de manera rutinaria caminatas espaciales para inspeccionar el estado de las losetas localizadas en zonas claves para asegurarse de que cualquier incidencia era resuelta ante de emprender el viaje de vuelta. Por tanto era obligatorio que llevaran un kit de reparación y un traje adecuado para salir de la nave.
Del espacio al museo
Estatua en Texas en homenaje al astronauta William McCool. | NASA
En julio de 2005 se reiniciaron los vuelos del 'shuttle', aunque su vida ya tenía los días contados. Y es que un año después de la tragedia, en 2004, el Gobierno anunció que los transbordadores serían retirados cuando se completara la construcción de la ISS. La NASA construiría un nuevo vehículo para llevar a sus astronautas al espacio, poniendo fin a una etapa que comenzó el 12 de abril de 1981, cuando se lanzó el primer transbordador, que fue precisamente el 'Columbia'
Sin embargo, poco después de llegar a la Casa Blanca, Barack Obama, aconsejado por una comisión de expertos, emprendió una reforma de la NASA que incluyó la retirada de la flota de transbordadores antes de que la nave que iba a sustituir al 'shuttle' estuviera lista. El último 'shuttle' aterrizó en julio de 2011. En la actualidad, los astronautas estadounidenses dependen de las naves rusas para viajar al espacio y hasta dentro de unos años no estará lista la cápsula 'Orion', en cuya construcción también participa la Agencia Espacial Europea (ESA). Con esta nave, EEUU planea explorar el espacio profundo y preparar la misión a Marte, prevista para el año 2030.
"Explorar y descubrir no es una opción que podamos elegir, sino un deseo grabado en el corazón de los seres humanos. Somos parte de la creación que busca comprender la creación. Elegimos a los mejores de entre nosotros, los enviamos hacia la oscuridad, sin un mapa, y rezamos para que regresen", afirmó el presidente Bush durante el homenaje a las víctimas del 'Columbia'.
Los estadounidenses Rick Husband, William McCool, Michael Anderson, Laurel Clark, David Brown, Kalpana Chawla y el israelí Ilan Ramon pasaron así a engrosar la lista de los héroes que contribuyeron a hacer realidad el sueño de conquistar el espacio pero nunca despertaron.
Fuente:
El Mundo Ciencia