No es raro conocer gente que “odie las matemáticas” o
incluso que les tenga miedo, un fenómeno que ha sido investigado por
científicos, para conocer por qué se produce.
Según un reciente estudio realizado por investigadores de la
Universidad de Chicago y la Universidad de Western, la explicación es
que la matemática puede provocar dolor físico en las personas.
No es que cuando veamos un ejercicio cualquiera nos empiece a doler
algo, sino que dependería del nivel de matemáticas al que nos estemos
enfrentando.
Los investigadores estudiaron a 28 personas con un mix de pruebas de
matemática y escáneres cerebrales para identificar las áreas que se
podrían asociar con el miedo a las matemáticas. Resulta que es la misma
área asociada al dolor físico.
La explicación de por qué es esta zona la que reacciona sería
evolutiva: Los ejercicios avanzados de matemáticas sólo existen desde
hace un par de cientos de años, y antes de eso no había que resolver
cálculos tan complejos.
El experimento dividió a los 28 participantes en grupos dependiendo
de su nivel de rechazo a las matemáticas, usando un test de ansiedad
ante esta disciplina conocido como Short Math Anxiety Rating-Scale
(SMARS). Luego pusieron a los participantes en los escáneres y les
realizaron varias pruebas, algunas de matemáticas y otras de habilidades
verbales. Para provocar ansiedad en los conejillos de indias, se
encendía una luz que advertía sobre el próximo test: amarillo para
matemáticas, y azul para verbal.
De este modo, los investigadores podían analizar la diferencia entre la gente que se sentía incómoda haciendo el ejercicio, y la reacción previa a resolver el problema, al enterarse de que el próximo ejercicio sería de matemáticas. También podrían eliminar el nivel de ansiedad en general, ya que éste estaría presente también en las pruebas verbales. Luego, podrían comparar los resultados con el ranking SMARS que habían realizado previamente.
Los investigadores observaron que la corteza insular parietal
inferior, una zona profunda en el núcleo del cerebro, era una de las
áreas más activas cuando las personas se enteraban de que tendrían que
resolver un ejercicio matemático, zona que no pareció activarse con otro
tipo de pruebas. El anuncio de que venía un test de verbal hacía caer
la actividad en la corteza insular de forma significativa.
Esta región de la corteza insular ha sido asociada con la experiencia
de dolor en una serie de estudios, y los investigadores le atribuyen un
rol en múltiples funciones, como el reconocimiento de eventos que
amenacen a la persona o que estén asociados con dolor, y que también
puede reaccionar a dolor indirecto, como el que provoca el rechazo
social. Aún así, la mayoría de los estudios relaciona esta zona con el
dolor, y es posible que esta sensación pueda provocarse simplemente al
estimular a la corteza insular.
De este modo, los investigadores concluyeron que las matemáticas
realmente producen una respuesta de dolor en nuestra mente. “No es la
matemática en sí misma la que duele; sino la anticipación de las
matemáticas”, sugiere el estudio. Sin embargo, este nivel de dolor
inicial puede ser suficiente para que algunos le tomen alergia a la
disciplina mientras están en el colegio.
“Estos resultados pueden entregar un potencial mecanismo neuronal
para explicar por qué las personas con ansiedad ante las matemáticas
tienden a evitar las matemáticas y situaciones relacionadas con ella, lo
que a su vez puede desviar a estas personas de tomar clases de
matemáticas o incluso carreras completas relacionadas con ellas”, señala
el documento.
Link: When Math Hurts: Math Anxiety Predicts Pain Network Activation in Anticipation of Doing Math (PLOS ONE vía ArsTechnica)
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