Las crías despiertan en todos nosotros un fuerte sentimiento de
atracción. Puede que sea un instinto que llevamos esculpido en nuestros
genes, el caso es que pocas personas quedan impasibles cuando contemplan
crías de animales. Este vídeo, que muestra unos pequeños pandas rojos
jugueteando en la nieve, es un ejemplo de ello.
Tomado de:
La Ciencia y sus Demonios