La adicción a internet no es ninguna broma: es un problema que afecta a miles de personas en todo el mundo. En China hay quien comienza a considerarlo una plaga. Por eso existen iniciativas como unos campamentos de rehabilitación para ayudar a los cíber-adictos a superar su dependencia.
Claro que estos tienen unos métodos un poco radicales y muy poco humanitarios. Como salido de una escena del genial ‘Paracuellos‘,
los tutores tratan de inculcar disciplina a los pacientes… a torta
limpia. Un reciente informe ha revelado todo tipo de maltrato en este
tipo de centros.
Según un informe oficial del gobierno del país, hecho público en 2008, todos aquellos que superen las 6 horas diarias de
consumo de internet pueden considerarse como adictos al medio (¿qué
pensarían de algunos de nosotros? No es extraño, por lo tanto, que los
profesionales especializados en tratarlos estén muy solicitados.
Hoy, ya más 1.500 expertos certificados
prestan sus servicios a los ciudadanos chinos, y su número va en
aumento. Estos trabajan en “campamentos” donde monitorizan la
recuperación de los adictos, prohibiendo cualquier tipo de acceso a la
red.
Pero como decimos, parece ser que los métodos más brutales
están a la orden del día. En 2010, un joven de 15 falleció a causa de
las palizas a las que fue sometido. Ese mismo año, otro grupo de jóvenes
consiguieron fugarse
de uno de estos centros, aunque sus padres les volvieron a mandar de
vuelta. Desde entonces, las denuncias e intentos de fuga han sido
habituales.
El pasado 28 de Agosto fue una fecha clave en la breve historia de este sector. Zhao Jing, director del centro nacional que prepara a estos promocionales, ha asegurado que van a sancionar duramente el uso de violencia contra los pacientes.
Una medida que “solo” han tardado 4 años en tomar. Los infractores
serán despedidos directamente por el propio centro si lo estiman
oportuno.
Esta medida se une a la prohibición en 2009 de recibir
electroshocks. Uno sólo puede temblar pensando en como fueron aquellos
primeros años de tratamiento, además, hasta hace relativamente poco
(2010), no se solía contar con algún psicólogo para asesorar la labor
de, por así decirlo, “desintoxicación” y escuchar a los afectados.
Por
lo demás, el concepto del programa para superar la adicción no sufrirá
demasiados cambios. Según parece, un campamento donde se sigue una
férrea disciplina militar es lo mejor para que los chavales bajen sus
horas de juego de World of Warcraft. No, tampoco tiene pinta de que sea más apropiado para los fans de Call of Duty.
El
régimen es estricto: madrugones, larguísimas carreras por el campo,
ejercicio, terapia y nada de móviles u ordenadores. El coste del
programa es de unos 3000 dólares, equivalente al sueldo medio de una
pareja china… durante tres meses.
La cifra de adictos adolescentes a las redes sociales y juegos online se estiman en 24 millones. La de la ayuda a estos adictos, una industria que no parará de crecer.
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