Los Ig Nobel también han premiado la pistola que te deja mudo, la medición de la actividad cerebral de un salmón muerto o los chimpancés que se reconocen por el culo.
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Una investigación de la Universidad de Cambridge sobre las matemáticas que se esconden detrás de la forma de una coleta ha sido una de la galardonadas este año por los Ig Nobel, los galardones que premian cada año los estudios científicos más absurdos o disparatados. Promovidos por la revista Anales de Investigación Improbable
como alternativa divertida a los Nobel, los premios fueron entregados
durante la noche del jueves en la Universidad de Harvard en
Massachusetts (EE.UU.).
Cuando
fue publicada en la prestigiosa revista Physical Review Letters, la
investigación ya parecía una firme candidata a estos galardones y, en
efecto, no ha defraudado. Sin embargo, sus autores, Raymond Goldstein,
un físico de la Universidad de Cambridge, y sus colaboradores,
aseguraban entonces que su trabajo puede tener implicaciones en la
industria textil, la animación por ordenador y los productos de cuidado
personal.
Los
investigadores desarrollaron una teoría matemática que explica la forma
de una cola de caballo, un peinado sencillo que mujeres -y hombres- de
todo el mundo emplean para recogerse el pelo. Para derivar la «ecuación de la cola de caballo»,
los científicos tuvieron en cuenta la rigidez de los cabellos, los
efectos de la gravedad y la presencia del rizo o la ondulación del
cabello humano. La ecuación puede ser utilizada para predecir la forma
de cualquier cola de caballo (conoce más sobre el estudio aquí). Con esto, los investigadores se han llevado el Ig Nobel de Física.
Los
premios a lo absurdo también han reconocido otras investigaciones que
pueden sonar al lector. Por ejemplo, en Acústica, ha sido galardonada una «pistola» que consigue hacer callar a la gente.
Se trata del «SpeechJammer» (algo así como un bloqueador de discursos),
capaz de dejar mudo a cualquiera.
Desarrollada por los japoneses Koji
Tsukada y Kazutaka Kurihara, el ingenio provoca que alguien que habla
escuche sus propias palabras con un retraso de 0,2 segundos, lo que
provoca que, desorientado al no poder escucharse a tiempo, se quede
mudo.
También han resultado ganadoras investigaciones sobre la medición de la actividad cerebral en un salmón muerto (Neurociencia), una población sueca a cuyos habitantes se les vuelve el pelo verde (Química), cómo se derrama el café cuando una persona camina con una taza (Dinámica de fluidos), los chimpancés -sí, esto parece increíble- que son capaces de reconocerse por el culo en fotos (Anatomía), cómo minimizar las posibilidades de que los pacientes exploten en una colonoscopia (Medicina) o que inclinarse hacia la izquierda hace que la Torre Eifffel parezca más pequeña (Psicología).
En efecto, los Ig Nobel se superan cada año.
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