Los investigadores, pertenecientes a un equipo internacional liderado por la Universidad de Notre Dame (EEUU), estudiaron los casos de casi 600 parejas de gemelos idénticos, algunos de los cuales habían sido criados por separado y otros juntos. Los participantes debían rellenar unas encuestas que evaluaban el grado de satisfacción con el trabajo, el estrés y los problemas de salud asociados a sus circunstancias laborales.
Los resultados revelaron que, mientras que el ambiente en el que los gemelos habían sido criados no era revelante, el componente genético explicaba hasta cuatro veces mejor los factores relacionados con el estrés. "Imaginemos dos personas: James y Sandy, que trabajan para la misma compañía", explica Timothy Judge, uno de los autores del trabajo. "James manifiesta más estrés que Sandy. ¿Significa esto que el trabajo de James es objetivamente más estresante que el de Sandy? No necesariamente. Nuestro estudio sugiere que existe un fuerte componente hereditario en la respuesta y gestión del estrés, y que este tiene menos que ver con las características del ambiente que con el código genético del individuo".