“Mujer, matemática, casada, con hijos, feliz”. Con esta leyenda se define Clara Grima en Twitter, la red social que utiliza para divulgar y para combatir, porque Clara no sólo es una científica comprometida con la divulgación de la ciencia y en especial de las matemáticas, también es una activista pasional en defensa de los derechos civiles. Doctora en Matemáticas y Catedrática de la Escuela Universitaria del Departamento de Matemática Aplicada I de la Universidad de Sevilla, además de su labor docente y de investigación, Clara es junto con Raquel García la creadora de Mati y sus mateaventuras, un blog de divulgación matemática Ganador del Premio al Mejor Blog en los premios 20Blogs 2011 y del Premio al Mejor Blog de Educación en los premios Bitácoras.com 2011. Buscando simetrías nos citamos con ella en la Plaza de España de Sevilla; Clara es una persona cercana, divertida, muy andaluza.
El 2011 fue el año de Mati y sus matiaventuras,
 un blog donde acercas junto con la ilustradora Raquel García las 
matemáticas a los más pequeños, ¿pero realmente es un blog para niños y 
adolescentes?
Me alegro de que me hagas esa pregunta 
porque no hay niño que lo entienda (risas). No, ahora en serio; hay 
muchos capítulos de las mateaventuras que pueden leer los niños
 solos, a partir de 8-9 años más o menos, pero algunos de ellos están 
escritos pensando más en la familia o en el profesorado de primaria y 
secundaria; tratan de proponer una excusa para abordar temas 
fuera del currículo con el fin de mostrar la cara más amable de las 
matemáticas, sobre todo la Teoría de Grafos (guiño). Cuando voy a los 
institutos a hacer un bolo, como yo digo, no hay problema, todo
 lo que cuenta Mati se puede preparar para una clase de secundaria, con 
más o menos nivel según el curso. En otras ocasiones me solicitan que 
vaya a clases de primaria y la cosa se complica. Aún así, en segundo de 
primaria estuve explicando cómo encriptar con el código Cesar, 
 y se lo pasaron pipa. Este capítulo, por ejemplo, lo escribimos como 
primera aproximación a la criptografía con el objetivo de llegar en el 
blog hasta la codificación RSA, pero no hay manera; a Mati no le sale 
todo… pero le saldrá. Para los más pequeños Mati tiene entradas sobre 
las distintas escrituras de los números, algo de magia, sobre múltiplos y agrupaciones,
 por ejemplo, para explicar por qué compramos algunas cosas por docenas…
 Después va subiendo de nivel abarcando un amplio abanico de rangos de 
dificultad. Mi hijo Salvador me ayuda para situarme, le
 voy explicando el desarrollo y él me va diciendo si comprende lo que le
 planteo. Uno de los últimos capítulos de Mati lo ha pensado él. 
Estábamos esperando en la consulta del médico y a partir de una duda que
 tenía sobre el funcionamiento de una rueda acabamos montando una entrada sobre
 cicloides. No digo que todos los niños lo entiendan, digo que se puede 
entender sobre todo si alguien se sienta a leerlo con ellos. Y luego, 
por supuesto, Mati aborda temas más complejos como el algoritmo del emparejamiento estable, que trata el problema del compañero de cuarto estable y el problema del matrimonio estable —que
 nadie se haga ilusiones porque no creo que sirva en el mundo real, es 
para programación (guiño)—. Este problema no tiene siempre solución, 
pero hay un algoritmo muy sencillo que si hay solución te la da, y si no
 hay solución te devuelve como respuesta que no tiene solución. Me 
parece chulísimo. Por otra parte, me gusta escuchar problemas de otras 
áreas y disciplinas que no tengo tiempo de ponerme a estudiar, como me 
gusta escuchar un poema o una canción, y  agradezco el esfuerzo de los 
que me  los cuentan de una forma sencilla que yo pueda entender. En ese 
sentido, Mati y sus mateaventuras también piensa incluso en doctores en otras áreas que quieran acercarse a algunos objetos matemáticos que no conozcan.
¿Cómo se gestó el blog? ¿Conocías ya a Raquel?
Todo empezó con un artículo que publiqué en mi  blog personal, Seispalabras, que se titulaba Dios, Pi y el infinito.
 En la entrada narraba tres anécdotas familiares relacionadas con mi 
hijo pequeño, entonces de 6 años. La primera era sobre Dios, surgió de 
la polémica que tenía con él a cuenta de su interés por estudiar 
religión en el colegio, porque su mejor amigo iba a la clase de religión
 católica, y que acabó con una frase suya lapidaria: “Dios sí existe, lo que pasa es que como tus libros son todos de matemáticas no lo sabes. Cómprate un libro de religión“.
 El número Pi forma parte de la familia, mi marido también es matemático
 y tenemos camisetas con Pi y esas cosas de matemáticos. 
Un día, 
comiéndonos unas pizzas, mi hijo dedujo que se llamaban así porque eran 
redondas, y me hizo mucha gracia, porque yo le había explicado que Pi se
 utilizaba para medir los círculos. 
La última anécdota que contaba en la
 entrada venía de una noche en la que el pequeño se despertó llorando, a
 las dos de la mañana, despavorido, después de haber estado toda la 
tarde contando números hasta infinito. Cuando le pregunté qué 
le pasaba me dijo: “Mamá, me voy a morir, porque he intentado contar 
hasta infinito y  Salvador me ha dicho que si cuentas hasta infinito te 
mueres”. Lo que el hermano en realidad le había dicho, evidentemente, es
 que no podría llegar contando hasta infinito aunque contara toda su 
vida, porque se moriría y no habría llegado. El post acababa con una 
foto del peque vestido de indio con la siguiente leyenda: “Así que aquí 
estamos, expectantes, atentos al devenir de este jovencito, sin saber si
 finalmente será matemático o tal vez chamán, homeópata o cualquier otra
 variante moderna de magufo“.  
¿Religión y homeopatía en un post? Estaba servido. La entrada subió a la portada de Menéame, el famoso agregador de noticias, que yo entonces no conocía, y el blog se cayó de
 visitas. Ese día me agobié mucho con los comentarios porque me dijeron 
de todo por lo de Dios y la homeopatía; algo a lo que no estaba 
acostumbrada y estuve a punto de cerrar el blog, había mucha gente 
mirando. Sin embargo, la entrada también llamó la atención de una amiga 
común de Twitter de Raquel y mía y nos puso en contacto. Raquel estaba 
escribiendo “Canallades”, un libro sobre niños, y quería recopilar frases ingeniosas para el capítulo final. Nuestra amiga común, Mamen Hernández, pensó que las frases de Ventura
 encajarían perfectamente. Raquel las publicó, me invitó a la 
presentación en Barcelona, y allí me planté y en su fiesta me colé 
(guiño). 
Conocí también a Oriol Molas, editor, que se 
interesó por mi blog y me propuso contar historias sobre matemáticas 
para que todas las familias pudieran compartirlas con sus hijos. Unas 
semanas más tarde, se ve que a los editores de Libro de Notas les gustó otra entrada de Seispalabras sobre triangulaciones en
 la que proponía juegos para evitar ver nazarenos en Semana Santa 
(risas) y nos propusieron colaborar con una sección en su semanario 
infantil y juvenil, el Pequeño Libro de Notas. 
Ea, pues manos a la obra. Raquel y yo nos pusimos en marcha con la primera mateaventura, El 1 nunca fue un soldado
 (mi favorita, por cierto, la leo todas las semanas (sonrisa)), aquel 
maravilloso 14 de Mayo de 2011, como se dice en mi pueblo, con más miedo
 que vergüenza. No nos podíamos imaginar cómo aquella travesura iba a cambiar nuestras vidas.
¿Os planteáis escribir un libro con las aventuras de Mati?
Sí. De hecho, lo vamos a publicar con Espasa en abril de 2013 y en él recopilaremos las mejores historias de Mati y algunos capítulos inéditos.
Desde marzo “Mati y sus 
mateaventuras” tiene una gran visibilidad al integrarse dentro de los 
blogs del diario digital “20 minutos” con el blog “Mati, una profesora muy particular”.
 Y en algunos de los posts has criticado la política de educación del 
actual Gobierno. ¿Es lícito y conveniente que Clara Grima, como 
profesora y madre, utilice el espacio de Mati para hacer política?
Pues sí, ¿por qué no? (risas). Yo no vivo ajena al mundo y soy muy pasional;  así que en las entradas de los lunes, que se suponen para un público más adulto, casi siempre incluyo algún comentario relacionado con la actualidad y sí, dediqué una entrada
 con mucho cariño a nuestro Ministro. Considero lícito hablar de 
política y de educación, y más en momentos como el actual en que nos 
están tomando el pelo.  Mientras pueda aprovecharé la tribuna que me 
brindan los espacios en los que escribo. Mati es muy buena gente, pero 
no es tonta…
La defensa de tus ideas 
políticas y sociales las canalizas también por Twitter de una forma muy 
activa. ¿Se está gestando una especie de cienciactivismo  en España, en este momento?
Bueno, aunque no soy una de las 
abanderadas, desde Amazings  lanzaron la campaña de “Sin ciencia no hay 
futuro” en la que yo también he participado,
 con mucho gusto. Se trata de concienciarnos a nosotros mismos, 
educadores e investigadores y al resto de la sociedad del problema que 
tenemos encima con los recortes, de que están dañando al sistema público
 de sanidad, de educación… algo tendremos qué decir, ¿no?  Pero los 
resultados me desaniman porque me recuerdan un poco a lo de la escuela 
de padres. ¿Quién va a la escuela de padres? El que no necesita ir a una
 escuela de padres: el hecho de que esté allí ya implica una cierta 
preocupación por la educación de sus hijos y, normalmente, con esa 
preocupación y un poco de sentido común, va a hacerlo bien. 
Con estas 
campañas pasa un poco lo mismo, bombardeas a través de Twitter y de 
entradas en blogs que acaban leyendo tus contactos, que son las redes de
 profesores y científicos que ya están concienciados. Tengo la sensación
 de que estoy gritando en medio de la gente que ya está gritando.
Junto con vuestro trabajo, otras iniciativas como la editorial Nívola, o  el blog Gaussianos,
 están contribuyendo desde lo analógico o lo digital a convertir las 
Matemáticas en una tendencia, o ahora mismo parece que es una tendencia,
 lo cual pone de manifiesto el interés que despierta fuera de los 
ámbitos educativos. ¿Por qué en la enseñanza reglada las Matemáticas no 
son atractivas para los estudiantes?
Muy buena pregunta. Quizás se debe a que
 los métodos son demasiado clásicos y además tenemos interiorizado desde
 pequeños que no nos gustan las matemáticas. En otros países no  sólo 
tienen otra metodología, sino que además existen países como Japón, 
donde  uno de los programas estrella de la televisión es un programa de matemáticas.   
Jin Akiyama
 es un matemático japonés, con el que he ido paseando por Kyoto, y he 
visto como le paraban estudiantes y se hacían fotos con él en plan Ronaldo.
 Akiyama tiene un programa en  “prime time” de la NBC, la primera cadena
 de Japón, donde lo que hace es matemáticas. A veces, en los shinkansen,
 los trenes bala, a la hora en que los ejecutivos se desplazan, en los 
monitores aparece Akiyama y dice: “El problema de hoy es el siguiente”, y
 les plantea un problema.  Todo el mundo agacha la cabeza y se pone a 
intentar resorlver el problema que, a fin de cuentas, es un 
divertimento. No me imagino que pudiera hacerse algo ni remotamente 
parecido en los trenes AVE… ¿o sí? Y en el resto de la televisión, más 
de lo mismo. No te imaginas la habilidad que tengo con el mando a 
distancia, es un ‘desafío a Bolzano’, porque paso del 4 al 6 sin pasar 
por el 5. 
Habría que prohibir Telecinco, igual que se prohíbe fumar en 
los bares, que me parece muy bien; ambas cosas son dañinas para la 
salud. La televisión tiene un efecto hipnótico en general, e incluso 
consigue embobarme Telecinco, que la detesto, cuando la encuentro 
sintonizada en los bares. Ese efecto hipnótico habría que aprovecharlo 
con una intención pedagógica emitiendo, por ejemplo, solo programas 
culturales en los lugares públicos. Bueno, y  eventos deportivos… 
(guiño)
En la convergencia 
multidisciplinar que se está desarrollando en muchas áreas de la 
ciencia, las matemáticas tienen un papel muy relevante, y son cada vez 
más demandadas por la biología o la informática, entre otras; ¿de qué 
color es el futuro laboral de un matemático?
Uf, ahora negro (risas). Tanto en la 
Universidad como en la empresa privada el futuro pinta mal. Pero pinta 
mal por la situación económica, porque en cuanto a los desarrollos 
tecnológicos evidentemente se necesita de la matemática. Cada vez que se
 demuestra un teorema matemático, aunque haya poca repercusión mediática
 por tratarse de ciencia básica, éste se convierte en un factor más o 
menos determinante para el desarrollo de una tecnología. Por ejemplo, 
gracias a la demostración de la Conjetura de Kepler tuvimos los módems y con ellos Internet y al principio nadie pareció intuirlo.
Lea el artículo completo en:
Lea el blog de Clara Grima: PequeñoLdN