Después de unas negociaciones largas y tensas que sólo acabaron con un borrador el día antes de la cumbre, el documento de mínimos que va a ser debatido en la cumbre de las Naciones Unidas deja poco margen de mejora al modelo de desarrollo sostenible que la ONU viene pidiendo a los países miembros. "Había muchas propuestas ambiciosas, pero los países tienen límites e intereses específicos", reconoció.
Llegado directamente de la cumbre del G-20 en México, Ban Ki-Moon advirtió: "La agenda es urgente. Mi mensaje a los líderes mundiales es claro: el desarrollo sostenible es una idea cuya hora ha llegado".
Ante la siempre presente amenaza de que las medidas acaben quedando sobre el papel, el secretario general abogó por los actos: "Si las ideas no son implementadas, no podemos avanzar. Lo acordado es algo práctico y ambicioso y compromete a los líderes con planes de acción para el desarrollo sostenible".
En su papel de anfitriona, la presidenta de Brasil Dilma Rousseff se mostró mucho más optimista que Ban Ki-Moon. "No tengo duda de que estaremos a la altura de los desafíos que la situación global nos impone", lanzó ante la audiencia del plenario en el complejo de Riocentro, situado en la zona Este de Río de Janeiro.
Fuente:
El Mundo Ciencia