El gran número de represas que los gobiernos de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú planean construir en los ríos tributarios del Amazonas podría tener un serio impacto ecológico para toda la región, según un nuevo estudio.
La investigación fue dirigida por Matt Finer, del Centro para la Legislación Ambiental Internacional, Center for International Environmental Law, en Washington D.C., y evalúa el impacto conjunto de más de 150 embalses considerados por los gobiernos mencionados.
El 60% de las represas podría
afectar el flujo vital de los ríos que corren desde los Andes y
alimentan el Amazonas, según el documento, publicado en la revista
científica PLoS ONE.
"Los resultados del estudio son muy preocupantes
dada la conexión crítica entre las montañas andinas y las planicies
amazónicas", señaló Finer.
"No parece haber planes estratégicos sobre las
consecuencias potenciales de perturbar una conexión ecológica que ha
existido durante millones de años".
"Aumento de más de seis veces"
Finer y sus colegas consideraron represas
planeadas en seis grandes ríos tributarios del Amazonas: Caquetá,
Madeira, Marañon, Napo, Putumayo y Ucayali.
Matt Finer, Centro para la Legislación Ambiental Internacional, Washington D.C.
El investigador dijo a BBC Mundo que consideró
para el estudio "todas las represas hidroeléctricas planeadas con
capacidad de más de 2 MW. Contabilizamos 151 proyectos".
"Cerca del 40% ya están en etapa avanzada de
planeamiento, es decir, ya existen procesos contractuales. El número
representa un gran aumento, ya que actualmente existen 48 represas con
capacidad de más de 2 MW en la Amazonia andina".
"Lo que es crucial destacar es que 53% de las
represas nuevas serían de 100 MW o más y esto es un aumento de más de
seis veces en el número de represas de gran tamaño. Actualmente, por
ejemplo, sólo existe un gran embalse de más de 1.000 MW en la Amazonia
andina, pero hay planes para otros 17", señaló Finer a BBC Mundo.
"Conexión íntima" entre Andes y Amazonia
El río Amazonas ha estado "íntimamente vinculado a las montañas de los Andes durante más de 10 millones de años", dijo Finer.
"Los Andes proveen la gran mayoría de los
sedimentos, nutrientes y material orgánico al Amazonas, alimentando un
ecosistema que es uno de los más productivos del planeta. Muchas de las
especies de peces de importancia económica desovan solo en ríos
alimentados por los Andes".
El estudio también señala que más del 80% de las
represas planeadas contribuirían a la deforestación como consecuencia
de la construcción de carreteras o la inundación de terrenos.
Planes estratégicos
Finer señala que "la falta de políticas
regionales" obedece principalmente a dos razones: "los proyectos están
siendo evaluados en forma individual antes de ser construidos y además
la trayectoria de los ríos que nacen en los Andes es compleja y
multinacional".
Muchos gobiernos aseguran que las represas son necesarias para satisfacer las necesidades energéticas y de desarrollo económico.
"Encontramos en los informes oficiales que los
gobiernos de Ecuador, Perú y Bolivia, por ejemplo, describen a la
energía hidroeléctrica como una pieza central de sus planes energéticos a
largo plazo. La demanda doméstica extra proyectada para los tres países
es de 7.000 MW adicionales, debido a un mayor uso energético y a
esfuerzos para reemplazar centrales termoeléctricas", dijo Finer a BBC
Mundo.
"Nososotros les responderíamos a los gobiernos
que utilizando un análisis estratégico, podrían indentificar mejor y
priorizar represas de bajo o mediano impacto y eliminar la necesidad de
construir represas de alto impacto".
El estudio recomienda un planeamiento
estratégico que evalúe el impacto de represas a escalas espaciales
mayores, por ejemplo, a nivel de toda la cuenca de un río. También
sugiere crear un plan estratégico para asegurar que se mantenga el libre
flujo de los ríos desde los Andes hasta la Amazonia.
Finer dijo a BBC Mundo que hasta ahora el libre
flujo de los seis ríos estudidados prácticamente no había sido afectado.
Sin embargo, "con la construcción de dos mega represas en el Río
Madeira que ya están casi terminadas el número de conexiones no
afectadas se reducirá a 5. Y con la variedad de represas planeadas para
al menos cuatro tributarios, podría haber sólo una o dos vías que fluyen
libremente. ¿Cuáles serán las implicaciones en el futuro? Nadie lo
sabe".
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