En un estado de salud normal nuestra mucosidad suele ser trasparente, pero en el momento en el que nos refriamos solemos producir una mayor cantidad de mocos y según va avanzando nuestro catarro estos acaban siendo de color verde.
Ello es causado gracias a los mecanismos de defensa que posee nuestro propio organismo y utiliza ante el ataque de agentes externos… en este caso los virus y bacterias que nos provocan el resfriado.
Cuando comenzamos a encontrarnos mal acuden a controlar la invasión de virus malisios unas defensas llamadas leucocitos neutrofilos, los cuales fabrican una sustancia llamada mieloperoxidasa; una potente enzima con un alto contenido en hierro que ayuda a acabar con las bacterias.
Y es precisamente el hierro que contiene la mieloperoxidasa el que hace que, según va evolucionando el resfriado, los mocos vayan adquiriendo un tono amarillento hasta acabar tomando el desagradable color verde.
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