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Un estudio publicado en la última edición de la revista Journal of Neuroscience revela que estimulando las regiones cerebrales de la corteza visual a la vez que aspiramos el aroma de una rosa, nuestra capacidad de distinguir los matices e identificar ciertos olores aumenta. Según los autores, del Instituto Neurológico de Montreal, el hallazgo indica que en las estructuras cerebrales encargadas de los distintos sentidos están mucho más interconectadas de lo que se pensaba. Y que no es algo exclusivo de los sinestésicos –personas en que la estimulación de un sentido activa otro, por ejemplo haciéndoles ver colores en los números o escuchar olores-. Los investigadores sugieren que la vista juega una papel clave a la hora de “conectar” la información procedente de distintos sentidos. Y, como aplicación práctica inmediata, recomiendan que la próxima vez que olamos un perfume, una flor o una especia exótica mantengamos los ojos bien abiertos. Fuente: Muy Interesante |