Un equipo de investigadores, cuyo estudio ha sido publicado en la revista 'Current Biology', ha descubierto el secreto de los mosquitos para evitar el estrés por calor. El estudio muestra por primera vez que los insectos que se alimentan de sangre son capaces de controlar su temperatura corporal.
"Durante la ingesta de una gran cantidad de sangre caliente, como la de un ser humano, los mosquitos consumen una cantidad considerable de sangre caliente en un corto período de tiempo", explica Claudio Lazzari de la Universidad François Rabelais, en Francia, quien añade que "el objetivo del estudio fue determinar en qué medida estos insectos se exponen al riesgo de sobrecalentamiento durante la ingesta de sangre".
Los mosquitos tienen que ser rápidos, ya que su huésped es un depredador potencial, señala Lazzari, pero esa rápida afluencia de calor podría alterar su temperatura corporal interna hasta límites fisiológicos.
En general, la temperatura del cuerpo de los insectos no depende del entorno que les rodea. Sin embargo, estudios anteriores han demostrado que algunos insectos, incluyendo las abejas y los pulgones, pueden controlar su temperatura con gotas de néctar o savia.
Para estudiar el caso de los mosquitos, Lazarri y la coautora Chloé Lahondère, utilizaron una cámara que depende del calor para tomar las imágenes, tanto como una cámara normal depende de la luz. Esas imágenes señalan las diferencias de temperatura entre las distintas partes del cuerpo de los mosquitos; así, se observó que la cabeza alcanza temperaturas cercanas a la de la sangre ingerida, mientras que el resto del cuerpo permanece más cerca de la temperatura ambiente. Esa variación de temperatura no se observó cuando los mosquitos se alimentaban de agua con azúcar en lugar de sangre.
Los investigadores demostraron que el enfriamiento depende de las gotas de líquido que los insectos excretan mientras se alimentan; estrategia que los protege a ellos y a los parásitos que puedan contener. Este nuevo hallazgo sobre la fisiología de los mosquitos podría dar lugar al desarrollo de estrategias dirigidas a controlar a los mosquitos y las enfermedades que se propagan (como la malaria).Fuente:
Europa Press Ciencia