El físico teórico Michio Kaku dijo que podría lograrse en los próximos 100 años pero hay muchos problemas que resolver antes.
Según el Manual Técnico de la Nueva Generación de Viaje a las Estrellas -el nombre en español de la famosa franquisia de series de televisión y películas de ciencia ficción-, el transportador funciona convirtiendo a la persona o el objeto en un haz de energía que codifica el estado cuántico de cada partícula.
Ese haz se apunta hacia el destino deseado, donde se reensambla en materia.
El último paso es probablemente el más difícil.
La tripulación de la nave Enterprise sencillamente se rematerializa en superficies de cualquier planeta sin la necesidad de ninguna máquina que reciba el haz de energía, que lo decodifique y lo reconstituya en materia.
Incluso si uno supone que contaría con recibidor, esa máquina tendría que ensamblar los átomos del cuerpo con precisión en cuestión de segundos, sin calentarlos más de 2ºC, pues eso causaría un choque térmico fatal.
Habría además que sacar las moléculas en el aire primero y mantener ese vacío durante la rematerialización.
De no ser así, en el mejor de los casos, uno terminaría con burbujas de aire en los vasos sanguíneos y, en el peor de los casos, se podría producir una fusión de nucleos atómicos, lo que causaría una explosión nuclear.
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