La “ayahuasca” (soga de muerto), una bebida alucinógena es considerada por los indios chamanes de América del Sur, como una ventana hacia el mundo de los espíritus para, la cual actúa en el cerebro de una manera tan fuerte impidiendo que la gente distinga entre una visión y la realidad, debido a que las alucinaciones pasan a través de los centros visuales del cerebro, informó el periódico New Scientist.
Draulio de Araujo, investigador de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte, de la ciudad de Natal, en Brasil, analizó los cambios que se producen después de una dosis de ayahuasca, en el cerebro de 10 voluntarios amantes de esta bebida. En el experimento, pidieron a los voluntarios mirar unas fotos periódicamente abriendo y cerrando los ojos registrando la actividad del centro visual del cerebro con la ayuda de la resonancia magnética funcional.
Resultó, que el centro visual permanece activo con los ojos abiertos pero se desactiva cuando están cerrados.
Después, los investigadores dieron una porción de ayahuasca a los participantes y utilizando nuevamente el tomógrafo y observaron que las imágenes eran casi indistinguibles, el centro visual continuó trabajando e incluso con los ojos cerrados.
Los científicos creen que la ayahuasca cambia la dirección del flujo de los impulsos entre el cerebro, “conectando” determinadas zonas del cerebro con los centros visuales. Por lo tanto, una persona que utiliza la bebida, puede ver todo lo que está almacenado en otros centros del cerebro, como pensamientos, deseos, recuerdos y otras imágenes.
Las tribus amazónicas indígenas a menudo utilizan la ayahuasca durante sus prácticas religiosas, que se obtiene de una mezcla de un extracto de psicoactivos de la liana Banisteriopsis caapi tropical y hojas de otras plantas, cuyos dos principales componentes son la sustancia psicoactiva “dimetiltriptamina” (DMT) y bloqueadores de monoamino oxidasa, que ayudan a las moléculas del fármaco para penetrar a través del intestino.Fuente:
RIA Novosti