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11 de agosto de 2011

Telecnoestrés: el problema que provoca la conexión continua

Especial: Medicina

Salud. Expertos insisten en la necesidad de tomar descansos periódicos



Buena parte del día, el cerebro procesa información de Internet, correos, redes sociales, tecleando, hablando por teléfono... Los especialistas en salud laboral empiezan a aconsejar que desconectar de vez en cuando es imprescindible.

Las siestas digitales son necesarias. Lo defiende José María Martínez Selva, catedrático de Psicobiología de la Universidad de Murcia y autor del libro Tecnoestrés. "Mucha tecnología durante mucho tiempo pone literalmente enferma a la gente", según el investigador, que no olvida las ventajas que aporta el mundo del ordenador. Sin embargo, las nuevas tecnologías son armas de doble filo.

Las siestas digitales -entendidas como pequeños descansos- ya se aplican en algunas empresas que ven con buenos ojos que sus trabajadores pasen un tiempo desconectados, pues redunda en la mejora de la productividad.

"Gestionar bien el tiempo es uno de los mejores instrumentos de los que se dispone para controlar los efectos nocivos de las nuevas tecnologías, del tecnoestrés y de las tecnoadicciones", afirma Selva.

Gestionar mal el tiempo significa sucumbir ante una de las ventajas de la red: la flexibilidad que otorga el poder estar conectado en cualquier momento desde cualquier lugar.

En cualquier instante puede llegar un mensaje de correo electrónico o una llamada profesional, con lo que el trabajador se siente obligado a mantener un rendimiento continuo y a no poder desconectar ni distanciarse de sus obligaciones y problemas. Es decir, a disfrutar de un tiempo de descanso necesario para la salud mental. De hecho, 26% de los empleados cree que el uso de Internet y del móvil aumenta su horario laboral y que esa disponibilidad permanente le genera estrés.

Tony Schwartz, director The Energy Project, desarrolló una encuesta para conocer los hábitos de sus trabajadores. El 60% reconoció que sólo se desconectan completamente del correo electrónico dos horas al día y 20% menos de media hora.

Internet y el móvil no hacen necesario el trabajo presencial. Pueden ser un excelente medio para conciliar vida laboral y personal; pero también puede acabar comiéndose la vida del teletrabajador.

"El teletrabajo es más flexible, pero rompe con las funciones de organización de actividades vitales, sean o no cotidianas, como los fines de semana, las vacaciones, el horario de comidas o verse con la familia", explica Selva.

Una encuesta de Cisco Systems revela que el 45% de los empleados con acceso externo al sistema informático de la empresa trabaja entre dos y tres horas más al día. Una cuarta parte de ellos trabaja hasta cuatro horas extras. A la extensión horaria hay que sumar la posible desconexión personal y emocional que supone trabajar en solitario.

Se desconoce cuantas personas pueden estar afectadas por el tecnoestrés, pero según un informe de PandaLabs, el 63% de los usuarios afirma que las incidencias en el funcionamiento de locomo los problemas de visión pero otras son más psíquicas que físicas. Es el caso de la pérdida de concentración, un fenómeno creciente y muy ligado no tanto al trabajo ante la pantalla, como a la entrada de estímulos constantes en él: correos electrónicos, chats, tuits y otras alertas que distraen de la tarea principal. Lo que puede parecer una distracción momentánea puede llegar a la pérdida de concentración constante y por tanto, a la baja productividad.

Tomado de:

El País (Uruguay)

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