En la película cómica de los ochentas "Mira quié habla", John Travolta le dice a la mamá de un bebé: ¿Por qué hacerle caso al doctor Spock, con sus orejas puntiagudas?. Aquí se daba un serio error de comunicación (o distorsión semiótica, en téminos más estrictos) porque Travolta se refería al Spock de Star Trek y la mamá del bebé se refería al Spock del libro sobre crianza de niños. Aquí una nota sobre Benjamin Spock:
"El libro del sentido común del cuidado de bebés y niños" del doctor Benjamin Spock, publicado en 1946, es uno de los libros más vendidos de todos los tiempos. Tuvo ventas globales de cerca de 50 millones de ejemplares.
A 65 años de su primera publicación, ¿cuál es el aporte del Dr. Spock a la crianza de los niños hoy en día?
El título del libro no era demasiado emocionante. Sin embargo, en los austeros años de la posguerra, su mensaje fue revolucionario.
"Apenas se puso en venta, fue aclamado", dice la profesora Lynn Bloom, biógrafa y amiga de Benjamin Spock.
"Era radical, muy diferente a los manuales de crianza que lo precedieron. La gente quería la oportunidad y el permiso de tener hijos y amarlos. Y ese libro se los daba".
El libro ponía en tela de juicio la ortodoxia en la crianza de principios del siglo XX, que indicaba que los bebés debían ser alimentados de acuerdo con una agenda muy apretada, y que darles demasiado afecto los convertiría en débiles y no los preparaba para el mundo.
En cambio, el Dr. Spock recomendaba un enfoque más flexible en la educación de los niños, y alentaba a los padres a que confiaran en sus propios instintos y en el sentido común.
"Instaba a los padres a no dejarse intimidar por la regla que imperaba entre los pediatras en ese momento de que nunca se debe alimentar a un bebé fuera de horario, ni un minuto antes, ni un minuto después", dijo Spock.
"Yo fui uno de los primeros pediatras en decir que eso era una tontería. Esa regla hacía llorar a los bebés.
"Y era aún peor para las madres, que se mordían las uñas de la angustia frente al reloj esperando el momento de darle de comer a su bebé".
Las primeras frases del libro son: "Confía en ti misma. Sabes más de lo que crees".
En 1946, eso marcó una gran diferencia en relación a la opinión imperante entre los médicos y pediatras.
Armario
Seis meses después de su publicación, se habían vendido 500.000 ejemplares.
Al cabo de una década, se vendían a un millón al año. Actualmente está traducido a 39 idiomas, con ventas estimadas en 50 millones de ejemplares.
En la década de 1960, cuando Lynn Bloom conoció al Dr. Spock, "El libro del sentido común del cuidado de bebés y niños" ya se había convertido en uno de los libros de no ficción más vendidos de todos los tiempos y todas las madres que ella conocía tenían su ejemplar.
"En ese momento era el único libro que había. Había algunos otros libros especializados en el parto natural, había libros sobre la lactancia materna, pero este era el único de su tipo y el único que nadie cuestionaba".
"El título del libro indicaba que si uno tenía un poco de sentido común los consejos serían compatibles con los propios instintos", señala.
Lynn Bloom recuerda a Benjamin Spock como alguien que amaba a los niños, que se tiraba al suelo a jugar con ellos. Un hombre alto, de risa estruendosa y muy humano.
"Nunca lo escuché ni en privado ni en público hacer ningún tipo de comentario denigrante, humillante, que abusara de su autoridad o que indicara que se creyera grandioso. No creo que se sintiera de esa manera".
Benjamin Spock nació en 1903. Era el mayor de cinco hijos y a menudo cuidaba a sus hermanos menores.
Su propia madre los crió con un estilo bastante duro.
"Uno de sus castigos era poner a los niños en un armario oscuro y simplemente dejarlos allí hasta que aprendieran la lección que estaba tratando de enseñarles.
"Dos de las hermanas de Spock recuerdan que una vez las metió en un armario, se olvidó de ellas y se fue a Nueva York por el día. Cuando regresó estaban locas de nervios.
"Suena grave. Era grave. Sin embargo, no era inusual para la época en la que Spock fue criado".
Política
Benjamin Spock fue a la Universidad de Yale, donde formó parte del equipo de remo que ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París en 1924, y estudió medicina especializándose en pediatría.
Más adelante, desarrolló otra pasión: la política.
En 1960, hizo un anuncio con Jacqueline Kennedy como parte de la campaña electoral presidencial de John F. Kennedy.
Se unió al movimiento pacifista y a finales de los '60 fue un destacado activista del movimiento contra la guerra de Vietnam.
Al explicar por qué se hizo más político, dijo: "No es suficiente con educar niños felices y seguros. Además es necesario darles un mundo digno, y es por eso que he ampliado mi horizonte".
En 1968, el Dr. Spock fue condenado a dos años de cárcel, que nunca cumplió, por luchar contra el servicio militar.
También recibió amenazas de muerte y su libro fue atacado por partidarios de la guerra, que culpaban a sus consejos liberales de criar a una generación permisiva e indulgente.
Es una crítica que Spock abordó de manera decidida en una entrevista con la BBC en 1971.
"Yo soy acusado por ciertos tipos de políticos, como el vicepresidente Spiro Agnew, quien anduvo por todo EE.UU. diciendo que los jóvenes están arruinados porque yo doy consejos permisivos", dijo.
"En realidad, creo que cualquiera que haya leído el libro entiende que no soy permisivo y que nunca hablé de gratificación instantánea".
Pero el daño estaba hecho. Spock nunca pudo librarse entre los conservadores de esa reputación de corruptor de la juventud.
Algunos de sus consejos fueron desacreditados por médicos posteriormente. Por ejemplo, la idea de poner a los bebés a dormir boca abajo. Él decía que eso reducía el riesgo de que se asfixiaran con su propio vómito, pero en los años '90 esa posición se vinculó con el síndrome de muerte súbita infantil.
Sesenta y cinco años después, sin embargo, el libro de Spock aún se sigue imprimiendo y sigue influyendo en las generaciones de nuevos padres.
BBC Ciencia
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