
Por primera vez, el estudio ha ofrecido evidencia empírica de que jugar cantando apoya el desarrollo de los niños en el jardín de infancia en las áreas física, mental y social en una medida que se ha subestimado. Esto se aplica en particular a su desarrollo del habla, conducta social y control de la agresión. Todos los niños de benefician de muchos modos de cantar más, especialmente los niños con antecedentes de emigración o mal acceso a la educación. Una explicación para estos hallazgos está en los estudios neurobiológicos y fisiológicos, que muestran que cantar lleva a una mayor producción de las hormonas que desencadenan el sentirse bien y la reducción de las hormonas que desencadenan la agresión. Por ello, el profesor de Neurobiología Gerald Hüther describe cantar como "un potente nutriente para los cerebros de los niños". Por otro lado, los que no tienen la oportunidad de desarrollar su capacidad de cantar natural tendrán menos ventajas en la vida.
Todos los resultados de este estudio han sido publicados por los doctores Thomas Blank y Karl Adamek en "Singen in der Kindheit - Eine empirische Studie zur Gesundheit und Schulfähigkeit von Kindergartenkindern und das Canto elementar Konzept zum Praxistransfer" (Singing in Childhood - An Empirical Study of Health and School Readiness of Kindergarten Children and the Elementary Canto Concept for Practical Implementation), Waxmann Verlag (Münster, Alemania). El expresidente de honor de la Hamburg University of Music and Theatre, Prof. Dr. Dr. h.c. Hermann Rauhe, describe este libro como un hito, cuyos resultados no solo ofrecen una directriz para los profesores de los jardines de infancia, profesores y padres, sino que debería verse como un mensaje positivo durante la actual crisis educativa.
Fuente:
El Economista