En esta entrada hablaremos sobre uno de los animales más injustamente marginados por la industria del cómic. Un ser cuyas cualidades harían enrojecer a cualquier héroe. Un animal que ha sorprendido y sorprende a la comunidad científica desde hace más de un siglo… ¿Quién puede ser este portento de la naturaleza? ¿En qué soberbia criatura se ha volcado tanto tiempo y esperanzas? ¿Qué animal es digno de ocupar este espacio en la red de redes…? Ni más ni menos que la planaria.
¿Cómo? ¿Que no os dice nada este nombre? ¿Que solo es un gusano? No juzguemos tan rápido… vamos a ver por qué este organismo es capazde desatar pasiones entre los biólogos.
Pongámonos en contexto: aquellos que hayáis pensado que este “bicho” es un gusano, no andabais muy desencaminados. Las planarias son uno de los miembros más destacados de los platelmintos, comúnmente denominados como gusanos planos. ¿Vamos a despreciarlos por ello? Claramente no. Continuemos.
La anatomía básica de estos animales es de lo más curiosa. Para empezar, son triblásticos (durante el desarrollo embrionario se diferencian mesodermo, endodermo y ectodermo), esto puede que no os diga mucho, pero es una característica muy importante que indica un grado de complejidad “elevado”. Además, poseen simetría bilateral, otra característica asociada a los metazoos “superiores”. Tienen un sistema digestivo unidireccional (si, un solo agujero, de entrada y de salida), un sistema reproductivo con varias gónadas femeninas bajo la “cabeza” y múltiples gónadas masculinas repartidas por el cuerpo (son hermafroditas y de reproducción cruzada). Así mismo, tienen un sistema nervioso más o menos complejo con un “cerebro” y varios nervios ventrales. A pesar de no poseer sistema circulatorio ni respiratorio, podéis imaginaros que son unos animales más o menos complejos.
Las características hasta ahora descritas pueden ser más o menos curiosas, pero no son espectaculares. ¿Qué es entonces lo maravilloso de estos animales? Su capacidad de regeneración. Todos los animales nos regeneramos, al menos en parte. La cicatrización por ejemplo, es un tipo de regeneración que aunque poco espectacular, es necesaria para la vida de la gran mayoría de los organismos pluricelulares. Sin embargo, en el caso de las planarias, la capacidad de regeneración pasa a un nivel diferente. Vayamos por partes.
Es probable que a todos os suene la capacidad de algunos reptiles como las lagartijas o algunos geckos de regenerar la cola. La planaria puede hacer lo mismo pero con cualquier parte del cuerpo. Si le cortas una porción de la “cola”, esta volverá a crecer, pero… ¿Y si le cortas la cabeza? Ningún problema, esta también volverá a crecer sin mayor dificultad. Es capaz de regenerar sus ganglios cefálicos (“cerebro”), sus “ojos” y sus gónadas; y es capaz de hacer que todo se conecte y vuelva a ser plenamente funcional. ¿Impresionados? ¿Aún no? ¿Y qué pensaríais si os digo que además, de cualquiera de estas partes amputadas crecerá una nueva planaria?
Imaginemos que nos cortan una mano. Una cosa es ser capaces de regenerar la mano, y otra muy distinta generar una persona entera a partir de la mano. Esto es, exactamente lo que consigue la planaria. Si cortamos una planaria en dos, tendremos dos planarias, si cortamos una planaria en tres, tendremos tres planarias, si cortamos una planaria en 10 tendremos 10 planarias… y así hasta 279, que es el máximo alcanzado en la especie s. mediterranea, la especie “consenso” en los laboratorios.
El número en si mismo ya es espectacular, 1/279 partes de un animal, unas 10.000 células, son capaces de generar un nuevo individuo. Pero si nos paramos a analizarlo es aun más sorprendente. ¿Por qué? Porque es muy posible que esta pequeña parte de la planaria no tenga nada que ver con las estructuras a las que dará lugar. ¿En qué se parece la cabeza al aparato digestivo?
Lea el artículo completo en:
Ciencia Invasiva
¿Cómo? ¿Que no os dice nada este nombre? ¿Que solo es un gusano? No juzguemos tan rápido… vamos a ver por qué este organismo es capazde desatar pasiones entre los biólogos.
Pongámonos en contexto: aquellos que hayáis pensado que este “bicho” es un gusano, no andabais muy desencaminados. Las planarias son uno de los miembros más destacados de los platelmintos, comúnmente denominados como gusanos planos. ¿Vamos a despreciarlos por ello? Claramente no. Continuemos.
La anatomía básica de estos animales es de lo más curiosa. Para empezar, son triblásticos (durante el desarrollo embrionario se diferencian mesodermo, endodermo y ectodermo), esto puede que no os diga mucho, pero es una característica muy importante que indica un grado de complejidad “elevado”. Además, poseen simetría bilateral, otra característica asociada a los metazoos “superiores”. Tienen un sistema digestivo unidireccional (si, un solo agujero, de entrada y de salida), un sistema reproductivo con varias gónadas femeninas bajo la “cabeza” y múltiples gónadas masculinas repartidas por el cuerpo (son hermafroditas y de reproducción cruzada). Así mismo, tienen un sistema nervioso más o menos complejo con un “cerebro” y varios nervios ventrales. A pesar de no poseer sistema circulatorio ni respiratorio, podéis imaginaros que son unos animales más o menos complejos.
Las características hasta ahora descritas pueden ser más o menos curiosas, pero no son espectaculares. ¿Qué es entonces lo maravilloso de estos animales? Su capacidad de regeneración. Todos los animales nos regeneramos, al menos en parte. La cicatrización por ejemplo, es un tipo de regeneración que aunque poco espectacular, es necesaria para la vida de la gran mayoría de los organismos pluricelulares. Sin embargo, en el caso de las planarias, la capacidad de regeneración pasa a un nivel diferente. Vayamos por partes.
Es probable que a todos os suene la capacidad de algunos reptiles como las lagartijas o algunos geckos de regenerar la cola. La planaria puede hacer lo mismo pero con cualquier parte del cuerpo. Si le cortas una porción de la “cola”, esta volverá a crecer, pero… ¿Y si le cortas la cabeza? Ningún problema, esta también volverá a crecer sin mayor dificultad. Es capaz de regenerar sus ganglios cefálicos (“cerebro”), sus “ojos” y sus gónadas; y es capaz de hacer que todo se conecte y vuelva a ser plenamente funcional. ¿Impresionados? ¿Aún no? ¿Y qué pensaríais si os digo que además, de cualquiera de estas partes amputadas crecerá una nueva planaria?
Imaginemos que nos cortan una mano. Una cosa es ser capaces de regenerar la mano, y otra muy distinta generar una persona entera a partir de la mano. Esto es, exactamente lo que consigue la planaria. Si cortamos una planaria en dos, tendremos dos planarias, si cortamos una planaria en tres, tendremos tres planarias, si cortamos una planaria en 10 tendremos 10 planarias… y así hasta 279, que es el máximo alcanzado en la especie s. mediterranea, la especie “consenso” en los laboratorios.
El número en si mismo ya es espectacular, 1/279 partes de un animal, unas 10.000 células, son capaces de generar un nuevo individuo. Pero si nos paramos a analizarlo es aun más sorprendente. ¿Por qué? Porque es muy posible que esta pequeña parte de la planaria no tenga nada que ver con las estructuras a las que dará lugar. ¿En qué se parece la cabeza al aparato digestivo?
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Ciencia Invasiva