Un estudio reciente asegura que las recompensas eróticas activan zonas del cerebro diferentes a las de otros placeres secundarios, como la obtención de dinero o poder.
Conclusión: Para Conocer Ciencia esto es solo la certificación de algo que ya sospechábamos hace un buen tiempo, a la luz de la dilaéctica: el sexo, al ser imprescindible para la especie; tenía que ser algo relacionado más con lo animal. Mientras que el dinero y la lucha por el poder (ambos productos de hombres que viven en sociedades) corresponden al ámbito cultural y son menos animales, pero más humanas. Evidentemente, estos dos hechos han condicionado la evolución y desarrollo de nuestros cerebros.
El sexo y los otros placeres primarios, que satisfacen necesidades vitales, activan zonas del cerebro diferentes de las que se activan con otros placeres secundarios, como la obtención de dinero o poder, según un equipo del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS).
Las recompensas eróticas ponen en marcha una porción más antigua en términos de evolución del córtex órbito-frontal, una región situada en la parte delantera del cerebro, mientras las que no son indispensables para la supervivencia o tienen un carácter adquirido generan una reacción en una porción más reciente, explicó hoy el CNRS en un comunicado.
Estas son algunas de las conclusiones del equipo del Centro de Neurociencias Cognitivas de Lyon, dirigido por Jean-Claude Dreher, que experimentó con 18 voluntarios que se prestaron a una especie de juego con el que podían ganar dinero o visionar imágenes eróticas, mientras su actividad cerebral estaba siendo registrada con un escáner especializado en resonancia magnética.
Las recompensas son tratadas en regiones del cerebro parcialmente comunes, pero con una disociación dentro del córtex órbito-frontal, que se hace más acusada cuanto más abstractas y complejas son las satisfacciones.
Estos descubrimientos podrían permitir una mejor comprensión de ciertas enfermedades psiquiátricas, como la ludopatía, así como el estudio de las redes neuronales implicadas en la motivación y el aprendizaje, destacó el CNRS.
Fuente:
Hudson Presente