Jueves, 22 de julio de 2010
¿Cuántos microorganismos tenemos?
Demasiados sería la respuesta sencilla. En realidad nuestro cuerpo es un inmenso cultivo de microorganismos. Tenemos 10 veces más microorganismos que células propias. En el ser humano hay unos 10 billones de células y en condiciones normales podemos tener hasta 100 billones de microorganismos, en su mayoría bacterias. Si nuestro cuerpo contiene más de 200 tipos celulares, sólo en la piel ya tenemos esa diversidad de especies microbianas, por no hablar de las más de 400 especies diferentes del colon. ¿Qué hacen esos microorganismos?
Hasta ahora, se han identificado unos 160 microorganismos que son comunes en los humanos. Según Jun Wang, director del BGI-Shenzhen (China) autor de un artículo sobre el secuenciado del microbioma "de todos los genes del intestino humano, el 99% son bacterianos".
En condiciones normales la microbiota residente se autorregula, renovándose entre 2 y 3 veces al día y se excretan diariamente 3x10 (elevado a 13) microorganismos. En recuentos microscópicos de heces, se reveló la existencia de hasta 10 (elevado a 12) microorganismos por gramo de peso seco de heces. Y si pudiéramos poner todos los microorganismos del cuerpo en una báscula pesarían unos 2 kilos, aunque sin ellos no podríamos realizar muchísimas funciones vitales para nuestra vida.
¿Nuestro cuerpo tiene microorganismos en todos los tejidos?
NO. Aunque la cantidad de microorganismos sea unas 10 veces superior al número de células, en condiciones normales tendremos microorganismo en la piel y en las mucosas del ojo, oído externo, tracto respiratorio superior (boca, nariz, nasofaringe), tracto digestivo (esófago, estómago, intestino) y parte del tracto genitourinario externo.
Sin embargo, nuestro cuerpo tiene órganos denominados axénicos, en los que no puede existir ningún tipo de microorganismo bajo ningún concepto (la existencia en alguno de ellos, significa infección y riesgo para la vida). Los órganos axénicos son los órganos principales como el cerebro, pulmón, corazón, hígado, riñones, páncreas, vesícula, uréteres y también en el músculo, en la sangre y en el sistema linfático.
Y entonces, ¿cómo los tenemos repartidos por el resto del cuerpo?
Como acabamos de comentar, los tenemos repartidos entre la piel y las mucosas y generalmente son relaciones mutualistas y comensales, aunque la cantidad de microorganismos varía entre cada persona en función de la edad, sexo, dieta, estilo de vida, lugar de residencia, higiene, etc...
En un estudio publicado en 2009 en Science, un grupo de investigadores comprobó al analizar "comunidades" de bacterias en 27 regiones del cuerpo de nueve adultos sanos, que la composición de las "comunidades" variaba de persona a persona e incluso según el tipo de vida o de un sitio a otro del cuerpo.
Por ejemplo, sobre la piel ocupan una superficie de unos 2 metros cuadrados y en función de la zona, la variedad existente variaba. Por ejemplo en el antebrazo había hasta 44 especies diferentes vs. detrás de la oreja, que "apenas" tenía 19 bacterias diferentes, siendo mayoritariamente bacterias Gram positivas.
Generalmente están en zonas con con células muertas, secreciones o zonas húmedas, asociadas a zonas con secreciones como en los folículos pilosos, poros y glándulas sudoríparas o sebáceas. ¿Por qué en esas zonas? Tienen buen acceso a nutrientes como agua, aminoácidos, urea, ácidos grasos y diferentes electrolitos que soltamos por el cuerpo.
Propionibacterium acnes es un ejemplo de estos microorganismos que tenemos sobre la piel y que está vinculado a la formación del acné y que se alimenta de los ácidos grasos que van soltando las glándulas sebáceas. En otros casos, las bacterias funcionan como "barrenderos" ya que se digieren pequeños trozos de piel muerta.
Microorganismos del dedo del pie - Fotografía en Flickr de akseabird
Sin embargo en el resto de la piel, el ambiente es menos favorable porque tiene un pH menor y con gran sudor lo que le convierte en un ambiente hiperosmótico con altísimas concentraciones de NaCl (como si estuviéramos en el Mar Muerto), además de la existencia de lisozimas, etc...
Cuando llegamos al Tracto respiratorio la cosa ya cambia. En el tracto respiratorio superior (Boca, nariz y nasofaringe) hay una gran diversidad (Staphylococcus, Streptococcus, Cocos Gram negativos...) mientras que en el tracto inferior, salvo infección, apenas hay, porque hay un flujo continuo de moco que evita la colonización así como macrófagos que están vigilando la colonización.
¿Y la boca?
Colonias de microorganismos asociadas a la dentadura, aisladas en una placa de agar sangre - Fotografía en Flickr de akseabird
La cavidad bucal es un hábitat muy complejo y heterogéneo, pero que es uno de los lugares magníficos para el conocimiento de las bacterias. En la cavidad bucal hay una buena disponibilidad de agua, nutrientes, así como un pH y una temperatura adecuada. Es un hábitat tan complejo que podemos encontrar Arqueas productoras de metano como Methanobrevibacter o hasta 101 diferentes tipos de bacterias (a nivel de Género). Desde los Streptoccus mutans y S. sobrinus, causantes de la caries a Lactobacillus que nos ayudan a asimilar lactosa o Neisseria.Desde el momento en que nacemos, la cavidad bucal, ya es colonizada por microorganismos del ambiente circundante, unas horas después del nacimiento son inicialmente anaerobios aerotolerantes y aerobios, para finalmente sólo quedar anaerobios (no toleran oxígeno) con la formación de los primeros dientes, ocupando toda la cavidad bucal desde los dientes hasta la mucosa adyacente.
Resisten la acción mecánica externa en la dentadura, gracias a una biopelícula, que es por explicarlo de una forma "sencilla", como un entramado orgánico de origen bacteriano, formado por restos de la destrucción de bacterias y polisacáridos de cadena larga, sintetizados por las propias bacterias a partir de los azúcares de la dieta.
La biopelícula va a sujetar, sostener y proteger a las bacterias que van a formar la placa dentaria, contra la acción exterior, pudiendo resistir a la acción mecánica y/o a cambios de pH. Este biofilm o biopelícula, está producida por entre 200 y 300 tipos de bacterias.
Cada día que una persona no se cepilla los dientes, se forman unos 1.500 milímetros cuadrados de placa bacteriana. A los 20 días, la superficie con placa ya ha superado los 22.000 milímetros cuadrados. Aproximadamente la mitad de la dentadura.
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Ciencias y Cosas