Miércoles, 02 de junio de 2010
Océano helado de luna de Jupiter es rico en oxígenoSegún un nuevo estudio, es posible que haya suficiente oxígeno en las aguas de Europa, la luna de Júpiter, para mantener millones de toneladas de peces. Y aunque nadie está diciendo que realmente haya peces en Europa, este estudio sugiere que el satélite joviano es capaz de mantener el mismo tipo de vida que conocemos en la Tierra, aunque sea en su forma microbiana
Europa, que tiene aproximadamente el mismo tamaño que nuestra Luna, se encuentra envuelta por un océano global de unos 160 km. de profundidad, con una corteza de hielo que podría tener unos pocos kilómetros de espesor. Por lo que sabemos de la Tierra, donde hay agua hay posibilidades de vida, así que durante muchos años los científicos han especulado con la idea de que esta luna joviana puede albergar extraterrestres.
Cuanto más aprendemos sobre los efectos que ejerce Júpiter sobre sus lunas, más verosímil se hace la posibilidad de que haya vida en Europa. Los estudios demostraron que esta luna podría tener suficiente oxígeno como para mantener el tipo de vida con el que estamos familiarizados en la Tierra.
El hielo de la superficie, igual que toda el agua, está hecho de hidrógeno y oxígeno, y el flujo constante de radiación que emite Júpiter reacciona con este hielo para formar oxígeno libre y otros oxidantes como el peróxido de hidrógeno. La reactividad del oxígeno es clave para generar la energía que promovió el florecimiento de la vida multicelular en nuestro planeta.
Aún así, los investigadores creían que no había un método eficaz que condujera esta materia rica en oxígeno al océano de Europa. Los científicos asumían que la forma principal de migración de los materiales de la superficie hacia abajo se producía como consecuencia de los impactos de los desechos cósmicos que regularmente bombardean nuestro Sistema Solar. Los cálculos previos sugerían que, incluso después de transcurridos algunos millones de años, tales impactos no podían originar una capa oxigenada de más de 10 metros por debajo de la corteza de hielo, capa que no tenía la profundidad necesaria como para alcanzar el océano subyacente.
Sin embargo, el nuevo estudio sugiere que esta capa rica en oxígeno puede ser mucho más gruesa, y que abarca potencialmente toda la corteza. “La clave está en encontrar otras formas de mover la corteza”, explica el investigador Richard Greenberg, un científico planetario del University of Arizona’s Lunar and Planetary Laboratory de Tucson.
La atracción gravitacional que Júpiter ejerce sobre Europa produce mareas 1.000 veces más fuertes que las que experimenta la Tierra con nuestra Luna, flexionando y calentando la superficie de Europa y volviéndola muy activa geológicamente. Esto podría explicar por qué su superficie no parece tener más de 50 millones de años de antigüedad: sufrió un completo recambio en ese lapso.
Un proceso importante para la renovación de la superficie de Europa parece ser la formación de las crestas dobles que cubren al menos la mitad de su superficie. Las mareas pueden empujar el hielo nuevo -probablemente agua oceánica recientemente congelada- hacia la superficie, donde comenzaría a oxigenarse lentamente. A medida que las crestas van creciendo en altura, el material más antiguo queda enterrado, empujando hacia abajo esta materia rica en oxígeno. Greenberg calculó que, transcurridos uno o dos mil millones de años, este proceso podría haber transportado a los oxidantes a través de la corteza de hielo, alcanzando así el océano.
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