Lunes, 15 de marzo de 2010
Mara Dierssen: «Los músicos tienen un cerebro diferente al resto de personas»
–¿Por qué existe la música?
–Ni Darwin logró descrifrar porqué los humanos dedicamos tanto esfuerzo a una actividad sin función biológica clara, pero en el cerebro hay un impulso que nos anima a escuchar y a producir música.
–Mi impulso de producir alcanza solo a seguir el ritmo con los pies.
–Al oír una canción, en los «no músicos» reacciona el hemisferio derecho, más emocional, que capta el contorno melódico. En los músicos se activan también áreas del izquierdo, más analítico. Son responsables de la sintaxis musical, del lenguaje.
–¿La perciben de diferente forma?
–Se podría decir que los músicos tienen un cerebro diferente a los no músicos. También hay diferencias entre quien compone e improvisa.
–¿Qué les hace distintos?
–Muchos directores y compositores poseen imaginería auditiva. Puede pedirles que toquen sin música y ejecutarán todos los movimientos. Es como si oyeran con la mente. También está la memoria tonal, que permite recordar secuencias de tonos.
–¡La música está en la cabeza!
–Hay regiones separadas del cerebro especializadas en reconocer un tono o una melodía. Se sabe que un do es un do gracias al oído absoluto. Quien lo posee presenta una asimetría en el planum temporale, una zona vinculada al lenguaje.
–¿Y las manos virtuosas?
–La música pone en marcha habilidades distintas y complejas del cerebro. Los violinistas corrigen la posición en función de lo que oyen. El ajuste audiomotor es más fino.
–¡Los genes son todo!
–Hay cuestiones hereditarias. El 5% de la gente es incapaz de procesar la música y el 15% no canta. ¡Familias enteras! Aunque no se engañe: hay algo innato, pero el ambiente musical es determinante.
–¡A estas alturas me dice esto!
–Lo demuestran los estudios sobre gemelos criados por separado. También se sabe que escuchar a Mozart mejora el aprendizaje.
Fuente:
El Periódico