Martes, 16 de febrero de 2010
¿Emborrachan más las bebidas con más azúcar?Hace dos o tres semanas llegó esta pregunta a mi casillero, pensé en contestarla inmediatamente, porque llevaba mucho tiempo sin ninguna pregunta, pero al documentarme sobre el tema, me quedé "seco".
Pese a que circula cierta leyenda urbana sobre que echando azúcar ciertas bebidas "suben" antes la realidad bioquímica me ha mostrado que no. Tras leer algunos artículos divulgativos y prentar a personas que saben bioquímica (la últma vez que estudié bioquímica fue al final del bachillerato y no recuerdo mucho más allá de conceptos muy básicos), parece ser que la respuesta es NO. No por echar más azúcar a la bebida vas a emborracharte antes, eso sí, como dijo mi hermana, vas a engordar más.
El alcohol es una sustancia tóxica que se absorbe mayoritariamente en el intestino delgado, como casi todos los nutrientes, aunque una pequeña parte puede ser absorbida por la mucosa del estómago. Una vez absorbido circula por el torrente sanguíneo hasta que el hígado lo procesa. El hígado tiene una capacidad máxima para procesarlo, por esta razón si se añade más alcohol que el que se puede procesar uno se emborracha.
La glucosa básicamente se absorbe del mismo modo pero su vía metabólica es distinta llamada glucólisis, es decir, a esta molécula se la desguaza en otro taller, durante este proceso la glucosa se "transforma" en una molécula llamada Piruvato, este piruvato sufre, antes de entrar en la "sala de calderas" del organismo otra transformación que lo "convierte" en una molécula clave llamada Acetil coenzima A. Esta molécula es la que entra en el Ciclo de Krebs, que es esa caldera de la que hablaba, durante este proceso es donde se obtiene la mayor parte de la energía del cuerpo. Es un complejo proceso metabólico que no tiene sentido que explique en esta entrada y que, por desgracia, me hicieron aprender de memoria en bachillerato, sin tener en cuenta que quizá jamás iba a necesitar saber lo que se "cocía" en aquel lugar y por supuesto sin tener en cuenta que si no estudiaba una carrera biosanitaria iba a olvidarlo para siempre, a no ser que hiciese un blog de ciencia.
Al igual que la glucosa, las grasas, las proteínas y el alcohol sufren cambios antes de poder meterlos en la caldera del Ciclo de Krebs. Pero todos estos cambios se hacen a través de otras rutas metabólicas distintas a la glucólisis. Es decir, antes de ser transformadas en el "combustible" del Ciclo de Krebs (el ya famoso Acetil Coenzima A) pasan por un taller distinto a la glucosa. Es decir, el hecho de que haya más o menos glucosa, no debería influir en la velocidad a la que se procesa el alcohol o las grasas.
Para más información, el alcohol se "procesa" gracias a una familia de enzimas llamadas "Alcohol Deshidrogenasa". Estas encimas convierten el alcohol en Acetato, que se trasnforma en la molécula mágica Acetil Coenzima A. Las grasas, por otro lado, van por la ruta metabólica llamada beta oxidación, que también me hicieron aprender de memoria y olvidé hasta hoy.
En definitiva, añadir azúcar no hace que el alcohol suba más o más rápido. Otra cosa es que sepa más dulce la bebida o enmascare el sabor del alcohol y por lo tanto nos invite ese sabor a beber más y más rápido.
Fuente:
Ciencia con Paciencia
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Ciencia con Paciencia