Jueves, 10 de diciembre de 2009
Bhopal: 25 años
¿Cuál fue el peor accidente industrial de la zona?
El 3 de diciembre de 1984 la fábrica de plaguicidas de Unión Carbide en Bhopal dejó escapar 40 toneladas de productos químicos que mataron a 20.000 personas en el peor accidente industrial de la historia. El3 de diciembre, fue establecido por PAN International (Pesticide Action Network) como el Día Mundial del NO Uso de Plaguicidas, para recordar las 20 mil personas fallecidas en la catástrofe de Bhopal, India, ocurrida en 1984.Se cumplen 25 años del desastre de Bhopal, en el que, tras la fuga de un gas letal de una fábrica de pesticidas, murieron 4.000 personas en el acto. Los restos de la fábrica Union Carbide, propiedad de la estadounidense Dow Chemical, continúan en la ciudad y la zona sigue contaminada, con una toxicidad 38,6 veces superior a la media. El accidente de 1984 dejó 25.000 muertos por las secuelas y unas 100.000 personas que sufren aún hoy los efectos del gas: cáncer, ceguera, dificultades respiratorias y defectos de nacimiento son algunas de las enfermedades.Una activista india se manifiesta durante una marcha en la localidad de Bhopal.
Así informa El Mundo de España:
Testimonio
Panna Lal Yadav se despertó aquella media noche por los gritos aterradores y el ruido de un tumulto de gente corriendo. Sintió que el aire "se convertía en fuego" y le quemaba ojos y pulmones. No podía ver claramente, pero oía que sus hijos no dejaban de toser. Desesperado, le gritó a su esposa que, al igual que sus vecinos, debían huir. "En las calles vimos cómo la gente caía fulminada como moscas tras ser rociada por los gases. Teníamos que correr entre cadáveres", recuerda todavía turbado.
Panna y su familia vivieron la madrugada del 3 de diciembre de 1984 uno de los desastres más graves de la historia. En su ciudad, Bhopal, en el centro de la India, y muy cerca de su casa, 42 toneladas de uno de los químicos más tóxicos, el isocianato de metilo (MIC), escaparon en forma de gas de Union Carbide, una fábrica de pesticidas estadounidense.
Esa noche murieron casi 3.000 personas y en los días siguientes hasta 15.000, según las conservadoras cifras oficiales. Según diversas ONG y otros activistas, podrían ser hasta 25.000 muertos y unas 100.000 las personas con secuelas permanentes: cáncer, males de estomago, de hígado, de riñón, de pulmones, trastornos hormonales y mentales... Transcurridos 25 años, Bhopal sigue sufriendo.
La tragedia de Bhopal
Fue el caso más grave de contaminación química en tiempo de paz. Una tragedia que costó miles de vidas en la ciudad india de Bhopal. Ocurrió hace hoy 25 años, pero sus consecuencias todavía perduran.
La madrugada del 3 de diciembre de 1984, una nube pegajosa de aire envenenado surgió de la fábrica que la empresa norteamericana Union Carbide había construido en el centro de la ciudad india de Bhopal. Sin ninguna alarma que avisase del peligro, ningún plan de evacuación previsto ni la información sobre la composición del gas -que la empresa norteamericana se negó a facilitar-, la tragedia se convirtió en catástrofe.
En cuestión de horas perdieron la vida unas 4.000 personas y muchos miles más aspiraron el veneno que les mataría en los siguientes meses.
Para mucha gente, el drama que se desencadenó aquella noche aún no ha terminado. Toda una generación sufre las secuelas que dejó la nube con 42 toneladas de isocianato de metilo surgida del «tanque infernal» que carecía de las seis medidas de seguridad y contención obligatorias.
En el hospital donde tratan a los afectados por el escape, muchos diagnósticos sólo dicen: «Afectado por el gas». Unas palabras que pueden referirse a deformidades congénitas, cáncer de varios tipos, afecciones respiratorias y cutáneas, ceguera: la lista es interminable.
Una fábrica llena de fantasmas
Cerca del edificio se levanta aún la mole herrumbrosa de la planta química, llena de fantasmas, que el gobierno regional propuso convertir en un museo turístico. Las protestas de los afectados, muchos de los cuales siguen viviendo en el mismo lugar donde murieron sus familiares, han paralizado el proyecto. «Porque si no la gente pensaría que aquello ya pasó, pero sigue ocurriendo. Para nosotros aquella noche aún no ha acabado», asegura Taruna Menon, una de las miles de personas que aún tienen pesadillas con la «nube ardiente».
Y una de las afortunadas que recibió la compensación de 700 euros que la empresa responsable acordó con el Gobierno indio para zanjar el asunto fuera de los tribunales. En total, la empresa norteamericana desembolsó unos 330 millones de euros, una cantidad que las asociaciones de afectados consideraron insuficiente y que en algunos casos ni siquiera llegó a quien debía por la corrupción o la burocracia.
Warren Anderson, un fugitivo
El jefe del consejo de administración de Union Carbide, Warren Anderson, viajó a la India poco después del escape de gas y a su llegada al país permaneció detenido durante tres horas por la policía. Poco después, pagó una fianza de 2.000 dólares y abandonó el país. Sonriendo a las cámaras de televisión, declaró poco antes de embarcar en el avión que le llevó a Estados Unidos: "Quiero saludar a mi mujer y decir: '¡Hola, mamá!', igual que se hace en los partidos". Anderson es considerado fugitivo por la Justicia india, y vive un retiro dorado en una lujosa mansión de Long Island.
Macabro aniversario
En Bhopal, quemar muñecos con su efigie se ha convertido ya en una rutina que se repite en cada aniversario de la tragedia.
En pleno centro de Bhopal, a 12.000 kilómetros del jardín de Warren, continúan enterradas miles de toneladas de desechos tóxicos que nadie, ni la empresa Union Carbide ni el Gobierno indio, han querido retirar. El agua que sale de los pozos cercanos a la fábrica es el único recurso para muchas personas que beben, cocinan, se lavan y riegan sus huertos literalmente con veneno, perpetuando así una maldición que comenzó con «una nube ardiente» y que dura ya un cuarto de siglo.
Una burla a los DD. HH.
El Gobierno del Estado pretendió abrir la fábrica al público al cumplirse el 25º aniversario de la catástrofe. "Se trataba de que la gente viera que no es peligroso", aseguraba el ministro. Pero las manifestaciones de las víctimas detuvieron el intento. "El Gobierno quiere pregonar que está limpio, que no hay problema, para quitarse de encima la descontaminación del lugar y, por otra parte, absolver así a la empresa de sus responsabilidades", dice la portavoz de las víctimas.
Mientras tanto, en Bhopal y en algunas otras ciudades de India y del resto del mundo han comenzado una serie de campañas recordando el desastre y exigiendo justicia. Amnistía Internacional sostiene en su campaña que "Bhopal es una burla para los derechos humanos. El legado de Bhopal pervive porque sus habitantes nunca han podido reivindicar sus derechos. Es más, los efectos negativos del escape afectan a las nuevas generaciones". Niños ciegos, sordos, con retraso mental o cuerpos de extremidades rígidas, grotescamente entrelazadas...
Los niños que ahora nacen enfermos no son reconocidos como víctimas por el Gobierno y, por tanto, no reciben ningún tipo de ayuda oficial. "No hay víctimas de segunda generación. Niños con defectos de nacimiento los hay en todas partes. ¿No los hay en tu país?", pregunta a la periodista, en su fastuoso bungaló, el ministro para la rehabilitación y el alivio de la tragedia del gas, Babulal Gaur.Pero a pesar de todo el movimiento internacional de protestas y ayuda, las víctimas tienen poca fe. Un cuarto de siglo de espera les ha arrebatado la esperanza. Panna Lal, afectado, es tajante: "Tal vez hubiera sido mejor morir el día del desastre. Al menos los que murieron ya no están aquí. Nosotros llevamos 25 años sufriendo".
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AFP Agencia