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8 de noviembre de 2009

Una fisura gigante en África creará un nuevo océano

Lunes, 09 de noviembre de 2009

Una fisura gigante en África creará un nuevo océano

Pero antes de ller el post, sabe usted...

¿Cómo se formaron los océanos?

Los Océanos se formaron hace muchos millones de años como la consecuencia del desplazamiento de los continentes que al separarse dejaron grandes cuencas que se llenaron con el agua de lluvia. Esto sucedió cuando la Tierra aún se estaba enfriando y los volcanes expulsaban los gases que formaron la atmósfera terrestre. La gran cantidad de vapor de agua acumulado en la atmósfera cayó a la superficie de la Tierra en forma de lluvia y durante más de 60.000 años fue llenando las grandes cuencas que se habían formado al separarse los continentes. Más tarde la Tierra continuó enfriándose pero la actividad de los volcanes disminuyó, por lo que desde hace ya unos 100 millones de años la cantidad de agua que contienen los Océanos y mares no ha variado.




Una fisura de 56 km en el desierto de Etiopía probablemente se convertirá finalmente en un nuevo océano, según confirman unos investigadores.

La grieta, de seis metros de anchura en algunos puntos, se abrió en 2005 y algunos geólogos creían que generaría un nuevo océano. Pero esta visión era controvertida, y la fisura no había sido bien estudiada.

Un nuevo estudio que implica a un equipo internacional de científicos y del que se informa en la revista Geophysical Research Letters encuentra que el proceso de creación de la fisura es casi idéntico a lo que pasa en el fondo de los océanos, indicación de que habrá un mar futuro en la región.

La misma actividad de fisura está lentamente partiendo en Mar Rojo también.



Procesando datos sísmicos recientemente recopilados de 2005, los investigadores reconstruyeron el evento para demostrar que la fisura abrió por completo sus 56 kilómetros en apenas unos días. Dabbahu, un volcán al norte de la fisura, estalló primero, entonces el magma fluyó a través del centro del área de la fisura y comenzó a “abrir” la fisura en ambas direcciones, según explican los investigadores en unas declaraciones.

“Sabemos que las crestas oceánicas se crean por una intrusión similar del magma en una fisura, pero nunca supimos que una enorme longitud de la cadena podría romperse a la vez como en este caso”, dijo Cindy Ebinger, profesora de ciencias ambientales y terrestres en la Universidad de Rochester y coautora del estudio.

Los resultados demuestran que los límites volcánicos altamente activos a lo largo de los bordes de las placas tectónicas pueden romperse súbitamente en grandes secciones, en lugar de en trozos pequeños, como mantiene la teoría principal. Y unos eventos tan súbitos a gran escala en tierra suponen una amenaza mucho más seria para las poblaciones que viven cerca de la fisura que si fueran eventos menores, dijo Ebinger.

“La clave de este estudio es aprender que lo que sucede en Etiopía es lo que está pasando en el fondo del océano donde, para nosotros, es casi imposible ir”, dice Ebinger. “Sabíamos que de poder establecer esto, entonces Etiopía sería un lugar único y fantástico como laboratorio de crestas oceánicas. Debido a la colaboración transfronteriza sin precedentes tras esta investigación, ahora sabemos que la respuesta es sí, es análogo”.

Las placas africana y arábiga se encuentran en el remoto desierto de Afar en el norte de Etiopía y han estado separándose en un proceso de fisura — a una velocidad de menos de 2,5 centímetros por año — durante los últimos 30 millones de años. Esta fisura formó en la depresión de Afar de 300 km y el Mar Rojo. La idea es que el Mar Rojo finalmente se filtrará a un nuevo mar en unos millones de años. El nuevo océano conectará el Mar Rojo con el Golfo de Aden, un brazo del Mar de Arabia entre Yemen en la Península Arábiga y Somalia al este de África.

Atalay Ayele, profesor en la Universidad de Addis Abeba en Etiopía, lideró la investigación, recopilando datos sísmicos con ayuda de la vecina Eritrea y Ghebrebrhan Ogubazghi, profesor en el Instituto Tecnológico Eritreo, y de Yemen con la ayuda de Jamal Sholan del Centro de Observación Sismológica Nacional de Yemen.

Fuente:

Ciencia Kanija
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