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2 de octubre de 2009

La República Popular China cumple 60 años


Viernes, 02 de octubre de 2009

La República
Popular China cumple 60 años


“El pueblo chino se ha levantado”, declaró Mao Zedong el 1 de octubre de 1949 en la plaza de Tiananmen de Pekín, que con sus 40 hectáreas de superficie está considerada la mayor del mundo. Más de 250.000 personas –casi en su totalidad campesinos y soldados del Ejército Rojo– aclamaron al líder comunista y a Zhou Enlai, primer ministro del nuevo Gobierno, encaramados en una tribuna de la Puerta de la Paz Celestial. La
proclamación de la República Popular ponía fin a una larga guerra civil en la
que, según algunas estimaciones, hubo 30 millones de víctimas. Los dos grupos en frentados eran las tropas del Kuomintang –gobierno de los naciona listas de Chang Kai-Chek – y el Ejército Rojo del Partido Comunista chino.


Las diferencias entre ambos bandos habían comenzado en los años veinte –el Partido Comunista chino se fundó en 1921–, pero se hicieron mayores en 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundial, en la que Japón, que había invadido el país en 1937, fue derrotado. Entre 1946 y 1947, el ejército comunista logró arrinconar a las tropas del Kuomintang en Manchuria y, a partir de 1948, fue conquistando las ciudades más importantes. El 22 de enero de 1949, la entrada de los comunistas en Pekín ya preludiaba el final cercano de la
guerra. Con la rendición de la ciudad, que fue asediada durante más de un mes, se firmó también una paz separada para el norte de China, que preveía la creación de un comité de coalición para la supervisión de la transición a un régimen comunista.

La caída de Pekín provocó también la dimisión de Chang Kai- Chek y pareció facilitar el fin de las hostilidades, ya que el nuevo presidente en funciones, Li Sung-jen, se mostró inicialmente más inclinado a firmar la paz. Sin embargo, como luego surgieron diferencias a la hora de negociar un tratado, Mao decidió arreciar el ataque: el 23 abril 1949, un ejército comunista de casi un millón de hombres comenzó su gran ofensiva. Avanzaron rápidamente hacia el sur y tomaron Nankín, la capital nacionalista. El 26 de mayo, cayó Shanghai, entonces la ciudad más grande de China.

El rápido avance del Ejército Rojo se debió en parte a la profesionalidad que mostraron sus soldados y al hecho de que, en un país con un régimen casi feudal, los comunistas fueron muy bien acogidos por un campesinado empobrecido. En este sentido, los comunistas siguieron una táctica muy rentable: entregar a los campesinos de las zonas que liberaban las tierras de los latifundistas. Esto hizo que, mientras en un año se duplicó el tamaño del Ejército Rojo, se produjeran cientos de miles de deserciones entre los nacionalistas.

En septiembre de 1949, casi un mes antes de que fuera proclamada la República Popular, los comunistas habían celebrado la Conferencia Consultiva Popular, en la que adoptaron unas directrices políticas y aprobaron una ley orgánica para gobernar el país. El supremo órgano político era el Consejo de Gobierno Central Popular, presidido por Mao Zedong, lo que le convertía de hecho en el jefe del Estado. Por su parte, el Consejo Administrativo de Gobierno, encabezado por Zhou Enlai, otorgaba a éste el rango de primer ministro.

Más tarde, en 1954, se aprobó la nueva Constitución, en cuyo preámbulo se decía: “La tarea fundamental de nuestra nación consiste en concentrar su fuerza en la modernización socialista. Bajo la dirección del Partido Comunista de
China y orientándose por el marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Zedong, el pueblo chino de las diversas nacionalidades seguirá perseverando en la dictadura democrática popular y en el camino socialista”. En el aspecto social, una de las primeras medidas para acabar con la secular miseria de China fue la reforma agraria. Ésta comenzó en 1950 y, además del reparto de las tierras, promovió las cooperativas y las granjas colectivas. Otro de los grandes retos del nuevo régimen fue la educación, pues el 80 por 100 de la población era analfabeta, por lo que pronto se tomaron medidas para generalizar la enseñanza obligatoria.

En el orden internacional, el 2 de octubre de 1949 la URSS ya reconocía al nuevo régimen y calificaba la “victoria del pueblo chino” de “duro golpe a los planes de agresión de los imperialistas en la región del Pacífico”. Por su parte, los Estados Unidos se opusieron a la entrada de China en la ONU, la bloquearon económicamente y prestaron su protección a Formosa, donde, refugiado, Chang Kai-chek había creado la China nacionalista (actual Taiwán).

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