Jueves, 10 de septiembre de 2009
Nuestro cerebro funciona como una gran ciudad
Autopista en Los Ángeles. El número de carreteras de una gran ciudad y el número de sinapsis neuronales es muy similar.
La organización de una gran urbe puede parecer caótica, pero de algún modo consigue que cada cosa llegue a donde se necesita y que el conjunto funcione sin incidencias la mayoría de los días. Lo mismo podría decirse de nuestro cerebro, según sugieren el neurobiólogo Mark Changizi y sus colegas en el último número de la revista Complexity. “La selección natural ha guiado la evolución del cerebro de los mamíferos del mismo modo que políticos y empresarios han dado forma a las pequeñas y grandes ciudades”, afirma Changizi. “Ambos necesitan determinada densidad de interconexiones para funcionar correctamente”.
Por ejemplo, si comparamos el cerebro de un perro y el de un humano, vemos que no este último no sólo ha crecido hasta duplicar en tamaño al primero. También ha desarrollado muchas más sinapsis, que conectan a más neuronas entre sí. En términos matemáticos, Changizi ha demostrado que la proporción entre la superficie que ocupan un cerebro o una ciudad y el número de conectores (neuronas y autopistas respectivamente) es sorprendentemente similar. Y que cuando la ciudad o el neocórtex (la zona de la corteza cerebral más “moderna” evolutivamente hablando) crecen, esta escala siempre se mantiene.
Por si esto fuera poco, analizando 60 ciudades norteamericanas Changizi y su equipo descubrieron que el número de autopistas de salida en una metrópolis y el número de sinapsis neuronales del neocórtex son muy parecidas. Prácticamente la única diferencia entre ambas redes de interconexiones, según los científicos, es que las neuronas conducen información, mientras que las autopistas y carreteras transportan personas y materiales.
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Muy Interesante