El fenómeno luminoso más antiguo ocurrió más de 300 años antes de nuestra era. Se documentó por primera vez en 1960. Se evidenció lo dependientes que somos de los celulares y la necesidad de aprender a usarlos en una emergencia. Lo sucedido durante el terremoto del 15 de agosto tiene precedentes, porque se han producido anteriormente en diversos lugares. Hay varias teorías, pero ninguna comprobada.
Por Tomás Unger -
El día 15 a las 6:40 p.m. estaba sentado en el escritorio de mi casa, a pocos metros de la puerta y el espacio donde está estacionado el auto perpendicular a la calle. Cuando comenzó el temblor, salí con otras dos personas al espacio abierto al lado del automóvil. Al igual que el resto de los habitantes de Lima, sentí moverse la tierra.
Recuerdo muchos temblores y terremotos, desde aquel que en 1940 me sorprendió en la calle Atahualpa en Miraflores, saliendo del colegio para almorzar. Luego hubo varios terremotos más y muchos temblores. Todos tuvieron en común la alta frecuencia de las vibraciones y el ruido. El del día 15 tuvo dos características que nunca había observado antes: un movimiento ondulatorio de baja frecuencia, con poco ruido y amplia oscilación, y una luminiscencia en el cielo que tampoco había visto.
Parado al lado del auto, mirando al este, vi lo que parecían ser dos rayos paralelos, uno al sur y uno al norte, y una gran luminiscencia al medio. El auto, estacionado casi de sur a norte, oscilaba longitudinalmente, mientras que, en la vereda del frente, un auto estacionado perpendicularmente al mío oscilaba lateralmente, de donde se deduce que la onda apuntaba de sur a norte. La luminiscencia duró poco mientras la oscilación seguía. A diferencia de otros terremotos y temblores, en mi casa había poco ruido, a pesar de tener muchas ventanas propensas a vibrar.
LAS LUCES
Por ser la primera vez que se registra en nuestro país, la luminiscencia que se produjo durante el terremoto llamó poderosamente la atención. Inicialmente se creyó que tenía alguna relación con la caída de torres de alta tensión, pero no existe tal relación. Al caer las torres a lo más cierran un circuito entre los cables que se encuentran a pocos metros, lo cual no se vería a la distancia con la intensidad observada. Sin embargo, el fenómeno fue visto por miles y grabado en videos disponibles en Internet*.
Al buscar información sobre precedentes he encontrado varios datos históricos. El más antiguo ocurrió más de 300 años antes de nuestra era y fue descrito por los griegos como "grandes columnas de fuego" producidas inmediatamente antes del terremoto que destruyó las ciudades de Helike y Boura. El mismo fenómeno fue documentado por primera vez en el Japón en los años sesenta. Luego, el 28 de julio de 1976, antes del gran terremoto de Tangshan en China, considerado el más catastrófico de los tiempos modernos con más de 250.000 muertos, se observaron luces en el cielo durante la noche, poco antes del sismo, que ocurrió a las 3:42 de la mañana.
En el gran terremoto de Valdivia en Chile, del 22 de mayo de 1960 --el más potente registrado hasta hoy (de magnitud 9,5), con más de 3.000 muertos-- también se observaron luces en el cielo y se produjeron ondas electromagnéticas que interrumpieron las comunicaciones.
En México, previamente a la erupción de un volcán en los años noventa, también se observaron luces en el cielo nocturno. Lo que hasta los años sesenta se creyó que era un mito ha sido documentado lo suficientemente para ser reconocido como un fenómeno real asociado a los terremotos, el que aún carece de una explicación satisfactoria.
LAS TEORÍAS
Si bien es cierto que es la primera vez que hemos observado las luces asociadas a un terremoto, hay que tener en cuenta que también es la primera vez que tenemos el tiempo para observar un terremoto largo durante la noche. Por consiguiente, es posible que el fenómeno haya ocurrido durante los terremotos del año 40 y del 70 sin ser observado.
En todo caso, la luminiscencia en la atmósfera es una emisión de energía en la frecuencia de la luz visible, cuyas causas en alguna forma están asociadas al movimiento de la Tierra. Basado en esto se ha propuesto dos teorías.
La primera propone que se trata de triboluminiscencia (del griego: luz producida por fricción). Este es un fenómeno conocido desde el siglo XVIII, al observarse que bajo presión o fricción los cubos de azúcar emiten luz.
Es un fenómeno similar al de la piezoelectricidad (del griego: electricidad por presión), aprovechado en diversas tecnologías. Los tocadiscos con pastillas de cerámica y los encendedores que se prenden apretando son dos ejemplos de cerámicas que presionadas producen una descarga eléctrica. En el caso de la luminiscencia asociada a los terremotos, se propone que su origen es la fricción o presión, ya sea de rocas o de partículas en el aire, producida por la onda sísmica.
Otra teoría propone que las luces provienen de un plasma (gas ionizado) que es emitido desde la tierra y que adquiere su carga eléctrica en la atmósfera. Esta última teoría se apoya en las observaciones hechas en México en los años 90, donde se observaron durante el día luces de color metálico desplazándose verticalmente previamente a la erupción de un volcán. Por el momento ninguna de estas teorías ha sido probada, y las luces observadas son un fenómeno comprobado a la espera de una explicación científica satisfactoria.
EL TSUNAMI
Como era de esperarse, un movimiento sísmico de la magnitud del ocurrido el día 15 frente a Pisco ha producido un tsunami. Como su nombre japonés lo describe, el tsunami es una ola de bahía, equivalente a una ola de mayor altura que la marea normal. En la misma fecha había una braveza de mar en la costa, por lo que algunos consideraron que eran fenómenos coincidentes pero no asociados y descartaron un tsunami. Este no fue el caso, pues hubo un tsunami.
Frente a Pisco el mar se retiró y luego volvió con una ola que alcanzó, según datos preliminares, entre 2,30 y 3 m en Paracas, 5 m en Lagunillas y, combinado con el oleaje, pasó los 6 m en Yumaque. Al sur de la bahía de Paracas el mar entró 2 km y varó un bote a 1,5 km de la playa. Aquí cabe aclarar que un tsunami es el efecto de un terremoto y no necesariamente debe ser devastador y de grandes proporciones para merecer el nombre de tsunami, solo tiene que deberse a un movimiento sísmico, como parece ser el caso de la ola descrita.
LAS COMUNICACIONES
Una de las consecuencias del terremoto del día 15 fue la caída de las comunicaciones. Atribuida al principio a una supuesta caída de torres, la interrupción de una gran parte de las comunicaciones telefónicas se debió a otras causas. Los sistemas de telefonía están calculados para una determinada carga máxima, por encima de la cual se saturan. El problema de las comunicaciones en emergencia es más complejo de lo que parece a primera vista, por lo que en muchos casos se instalan sistemas paralelos no sujetos a sobrecarga.
A diferencia de cuando ocurrieron los anteriores terremotos que recuerdo, hoy tenemos abundancia de líneas, sobre todo celulares, con cobertura nacional. El sistema está digitalizado y tiene alcance global. Los sistemas de control automático son complejos y tienen mecanismos de protección automática. La caída de las comunicaciones durante el terremoto pone en evidencia la cantidad de teléfonos que tenemos hoy, su alcance global, lo dependientes que somos de ellos y la necesidad de aprender a usarlos en una emergencia. El tema es lo suficientemente importante para ser tratado aparte, cosa que haremos próximamente.
*Los videos se encuentran en Internet:
www.youtube.com/watch?v=oxfkvrbt9kc&NR=1
www.youtube.com/watch?v=HLNxn01F8mM&mode=related&search=
Fuente:
Vida & Futuro (El Comercio)