Elva Narcía Madrid |
Hace mucho que no reía tanto. Fui al teatro Alfil de Madrid a ver la versión española del muy británico Circo ambulante de Monty Python y reí a carcajadas de principio a fin.
La obra comienza con un sketch de un diálogo imaginario entre el Papa y el pintor Miguel Ángel. El Papa estaba molesto porque en el cuadro "La última cena" Miguel Ángel había decidido pintar 28 apóstoles en lugar de 12.
Miguel Ángel decía que había recurrido a una "licencia artística" y había pintado 28 discípulos y tres cristos "porque quería dar la impresión de una auténtica cena, la madre de todos los cenorrios", y, bueno, el diálogo es tan absurdo que a mi me pareció bastante gracioso y creo que si usted hubiera visto la obra también habría reído mucho.
Pensándolo bien no estoy tan segura de eso porque con frecuencia lo que a uno le parece gracioso a otro le parece una tontería. Por ejemplo recuerdo haber visto acá en España una película del cómico mexicano Cantinflas.
La gente reía muchísimo, pero no se reían de lo mismo que yo, que soy mexicana: se reían "a destiempo" y de cosas que a mí no me parecían chistosas.
¿Qué es lo que nos hace reír? ¿Qué es lo que hace que un chiste sea bueno o malo? ¿Qué es el sentido del humor?
Esas y otras preguntas le respondió a BBC Mundo el psicólogo español, Hugo Carretero, catedrático de la Universidad de Granada, quien se ha dedicado durante los últimos años a estudiar el sentido del humor.
¿Qué es el sentido del humor?
El debate sobre lo qué es el sentido del humor, para qué sirve, cómo se produce, etc., es milenario entre legos y especialistas. Podría asumirse que el humor es en esencia un misterio, y en ninguno de sus campos de aplicación básicos existe una única forma de definirlo.
Podría decirse que el sentido del humor es un patrón de diferencias individuales observado en los tipos de conductas, experiencias, afectos, actitudes y habilidades relacionadas con la diversión, risa, jocosidad, y cosas así.
¿De qué se ríe la gente? ¿Qué es lo que nos causa risa?
La gente se puede reír de todo, de absolutamente todo, ya que una de las características de la risa sería su falta de límites. Cuando la risa va de la mano del humor, podría decirse que la clave es la sorpresa, la paradoja, lo incongruente, lo inesperado.
El humor aparece cuando algo del mundo, de nuestro entorno, que pensamos o esperamos sea de una determinada manera, se nos presenta deformado, lo vemos de una manera inesperada, absurda. Lo paradójico y lo opuesto, son las sustancias del humor.
¿Es el sentido de humor algo cultural?
Permítame decirle que no existe el humor sin cultura. Es más, el humor refleja las percepciones culturales más profundas, ofreciéndonos así un poderoso instrumento para entender las formas de pensar y sentir que la cultura ha modelado.
No sólo cambia de cultura a cultura, sino que la evolución histórica modifica el humor característico de una cultura. A esto habría que unirle factores socio-culturales de importancia y que influyen sobre el grado de expresividad al reírse, o sobre los lugares propios para el humor, o sobre las cosas sobre las que podemos o no podemos reírnos.
Tradicionalmente el humor ha sido sometido a control cultural, y los valores, normas, ideologías imperantes, etc., se reflejan en él.
La moda de lo políticamente correcto hace que aunque algo sea gracioso no deba serlo.
Estamos en el momento de no herir sensibilidades, de usar un humor, si me permite la palabra, pulcro, y donde la clave sea que los demás no se vean dañados. Lo principal es respetar a todas las sensibilidades, y por decirlo de alguna manera, el humor tiene que ser aséptico.
Sin embargo, y desde mi opinión, el humor tiene una función básica, y que puede verse representada de manera ejemplar en los carnavales. Se trata de mirar lo serio, lo dramático, lo trágico, con una visión que nos permita soportar el drama, además de poder reírnos de nuestras miserias.
Si se pretende ponerle límites al humor, podemos estar desvirtuando a éste, ya que acabaríamos con unas de sus características esenciales, que no es otra que su ausencia de normas. De todas formas, creo que pasará como ha ocurrido a lo largo de toda la historia, es decir, el humor escapará a los controles, los tiempos cambiarán, y las cosas que nos hagan gracia también.
¿Por qué el mismo chiste puede resultar mas gracioso a unas personas que a otras? ¿Existe el chiste perfecto?
Como es obvio, no hay un chiste que guste a todo el mundo. No obstante, y aparte de esta obviedad, quizá lo interesante es haber constatado que en función de un perfil psicológico concreto, se muestra una determinada tendencia hacia un tipo de humor u otro.
Por ejemplo, hemos obtenido resultados que evidencian que las personan que toleran más la incertidumbre, gustan de los cambios constantes en su vida, disfrutan con las experiencias nuevas o inesperadas, se divierten más con el humor más complejo, aquél que no tiene una única interpretación, o que resulta muy absurdo.
Sin embargo, este tipo de humor es rechazado por las personas que tienen hábitos de vida muy establecidos, que gustan de tenerlo todo controlado, y que rechazan los cambios repentinos. Este último tipo de persona prefiere el humor más simple, predecible, y con una interpretación clara y nítida.
Podría decirse que depende de la originalidad de la paradoja ofrecida, de la ocurrencia de ésta, aunque como ya se ha dicho, no existen reglas universales en esto del humor.
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Fuente:
BBC en español