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19 de septiembre de 2013

DEBATE: Alberto Fujimori y sus cuentas en Twitter y Facebook: ¿puede tener cuentas?

El jefe del INPE afirmó que “técnicamente” no está impedido de tener redes sociales. Abogado del ex presidente niega estrategia pro arresto domiciliario.

Alberto Fujimori en Twitter y Facebook: ¿puede tener cuentas? ¿quiénes las manejan?
 
El ex presidente Alberto Fujimori fue sentenciado en abril del 2009 a 25 años de cárcel por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta. (Foto: PJ)
 
Anoche en el penal de Barbadillo, el ex presidente Alberto Fujimori ultimó los detalles de su estreno en las redes sociales y en una conversión que tuvo con su médico, el congresista Alejandro Aguinaga, le comentó que por medio de Facebook y Twitter no solo daría a conocer sus memorias, sino que también se defenderá de los cargos por los que, según él, fue “injustamente” encarcelado.

En diálogo con elcomercio.pe, Aguinaga detalló que un conjunto de jóvenes del partido naranja, menores de 30 años, son los encargados de administrar estas cuentas y “no cobrarán ni un solo sol”. “Son de las juventudes de Fuerza Popular, que están identificados y cuyos padres admiran el trabajo que hizo el ex presidente”, afirmó, sin dar ningún nombre.

Una de las personas que podría manejar estas cuentas sería Ana María Cárdenas, recordada por haber intentado ingresar un celular a la Diroes escondido en una bolsa de kiwicha

Aunque Aguinaga dijo no conocer si Cárdenas era parte del equipo que maneja las nuevas cuentas, una fuente del fujimorismo afirmó que la arquitecta colaboró con la cruzada proselitista de Fuerza Popular en el 2011 justamente en el área de redes sociales. Específicamente, “se encargaba de subir los contenidos en Facebook que teníamos para la campaña”.

En breve comunicación con este medio online, la arquitecta respondió: “no te puedo dar información, estoy en clases en este momento y no he podido revisar (esas cuentas en redes sociales)”. Una vez publicada esta nota, agregó que no tiene ninguna relación con Fuerza Popular y aunque conoce al ex presidente, no maneja las cuentas en redes sociales que este tiene.
 
NIEGAN CAMPAÑA PRO ARRESTO DOMICILIARIO

Por su parte, el nuevo abogado de Fujimori, William Paco Castillo, negó que el ingreso de su cliente en Twitter y Facebook sea parte de una campaña para generar una corriente de opinión a favor del pedido de arresto domiciliario que ha hecho ante la Corte Suprema. “Es un tema personal del ex presidente y él tiene derecho a comunicarse con sus seguidores utilizando todos los canales que le sean posibles siempre que no falte a las reglas de su régimen penitenciario”, refirió.


En comunicación con este diario, el letrado comentó que Fujimori utiliza el teléfono público que está en el interior del penal de Barbadillo para comunicarse con sus colaboradores y dictarles qué colocar en sus cuentas de Facebook y Twitter. 

Para Castillo, además, fue una sorpresa la publicidad que se vio en Facebook la semana pasada a favor de Fujimori. “No tengo idea de quién la está pagado”, acotó.

¿FUJIMORI PUEDE TENER UNA CUENTA?

Frente a esto, cabe preguntarse si es posible que una persona que ha sido privada de su libertad tenga la facultad de utilizar estos servicios.


El ministro de Justicia, Daniel Figallo, dijo hoy que el uso de redes sociales de parte del ex presidente “tiene que estar regulado” por el Instituto Nacional Penitenciario (INPE). Es decir, no precisó si es que se le debe permitir o no administrar estas cuentas.

Al respecto, el jefe del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), José Luis Pérez Guadalupe, indicó que “técnicamente” el ex mandatario no está impedido de tener cuentas en las redes sociales. “Sobre el tema concreto de que si puede o no usar Facebook, Montesinos lo usa (…) Técnicamente, no está prohibido a menos de que ingrese una grabadora o un celular para transmitir sus mensajes”, dijo en Radio Exitosa.

¿Qué dice Twitter al respecto? La red social señala quiénes pueden acceder a sus servicios, pero no con total claridad. De acuerdo con la red social, solamente pueden utilizar sus servicios las personas que no hayan sido “incapacitadas” para hacerlo según las normas del país en el que residen. Aunque no especifica a qué tipo de “incapacidad” se refiere, recalca que quienes utilicen Twitter lo deben hacer en cumplimiento de cualquier normativa “local, regional, nacional o internacional”.

Roberto Rubio, director de Inside y experto en redes sociales, dijo a elcomercio.pe que las normas de Twitter al respecto son amplias y que podrían dar cabida a un vacío legal que permitiría a Fujimori continuar administrando sus redes sociales con ayuda de un representante.

Tomado de:

El Comercio (Perú)

11 de septiembre de 2012

Rehabilitar o matar: el dilema de qué hacer con quienes violan la ley


Prisionero tras las rejas

La tendencia es a encerrar a más personas por períodos más largos, dicen especialistas.

Si todo ocurre como está previsto, para finales de esta semana unas 47 personas habrán sido ejecutadas en el más pequeño de los países del África continental, Gambia.


Mientras tanto, y más o menos por las mismas fechas, el confeso atacante noruego Anders Breivik cumplirá su primer mes de sentencia de cárcel, a que fue condenado por la muerte de 77 personas en dos atentados planeados y ejecutados por él en 2011. 


En Gambia, donde no se hacía efectiva la pena capital desde hace más de dos décadas, el presidente Yahya Jammeh ha decidido que la mejor manera prevenir el crimen es materializando el castigo que pende sobre todos los prisioneros sentenciados a muerte por los tribunales.

En contraste, aunque Breivik podría nunca respirar como un hombre libre otra vez (su caso puede ser revisado a intervalos), su pena de 10 a 21 años de prisión podría parecer leve. En especial si se la compara con el destino que aguarda a los 47 convictos en Gambia, la mayoría de los cuales, de acuerdo con organizaciones de Derechos Humanos, fueron condenados por delitos de traición.


Recluido en Ila, la prisión de máxima seguridad de Noruega, Breivik dispone de tres pequeñas celdas, con acceso a máquinas de ejercicio y una computadora.


"Lo que otros deben entender es que el sistema penal aquí (en Noruega) tiene por objeto rehabilitar, más que castigar", dijo el día del veredicto Rolf Henning Larsen, un ciudadano noruego entrevistado por la BBC.

Para el presidente gambés, en cambio, "no hay manera de que mi gobierno vaya a permitir que el 99% de la población sea puesta en jaque por los delincuentes", declaró.

El dilema del prisionero

 




Vea los diez países con mayor y menor número de prisioneros en el mundo

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Más allá de las consideraciones que explican tan contrastantes realidades, éstas ponen de relevo que el problema de cómo tratar a quienes cometen delitos constituye un auténtico dilema sobre el que el mundo parece no ponerse de acuerdo.


"Hay tendencias definitivas, pero casi se pelean unas con otras", le dice a BBC Mundo Gary Hill, especialista en el tema y director de Entrenamiento de Personal de la Asociación Internacional de Prisiones y Correccionales.


Hill explica que la forma en que una sociedad reestablece la justicia está intrínsecamente ligada a la cultura de la que emanan las leyes. En unas, el individuo es supremo, en otras, lo es el Estado; para un tercer grupo, dios está por encima de la ley y para un cuarto, se combinan todas las opciones anteriores.


Esto repercute en cómo y sobre qué base se llega al veredicto, que varía significativamente. En cambio, en el siguiente paso -¿qué hacer con el delincuente?- parece haber un consenso. Al menos en el papel.

"Los países, sin excepción, dicen que quieren rehabilitar más que castigar. Pero en la realidad los tribunales usan la cárcel porque es lo más fácil, lo más rápido y también porque temen la mala publicidad", indica.
Como consecuencia, las cárceles son cada día más la opción preferida en gran parte del mundo.

Alternativas

La justicia restaurativa

La justicia restaurativa o de reparación es un concepto en el que se busca atender las necesidades de las víctimas, las personas que cometen el delito y la comunidad en general.

La idea es que el agresor repare el daño cometido, y al mismo tiempo ayudarlo a no reincidir. La reparación incluye una disculpa y la posibilidad de efectuar servicio comunitario o pagar multas, entre otras.


"La prisión no hace que el individuo enfrente las consecuencias de sus actos", dice Andrea Huber, de Reforma Penal Internacional. "Puede estar en el interés de la víctima (aplicar este concepto), en vez de la cárcel", añade.


"Eso no significa que, bajo esta premisa, habrá un mundo libre de prisiones, porque hay delitos que deben ser penalizados de esta manera. Pero podría ser lo mejor para la sociedad trabajar hacia una justicia restaurativa. Hay maneras de lograr justicia sin poner a la gente detrás de las rejas", añade.


Pero esta estrategia parece no estar dando resultados de fondo: en vez de bajar, las tasas de criminalidad siguen creciendo en el mundo, según le dice a BBC Mundo Andrea Huber, directora de políticas de la ONG Reforma Penal Internacional, que aboga por la eliminación del presidio innecesario.


"Utilizar la ley criminal por defecto, para tratar el comportamiento antisocial e indeseable, es una respuesta política, que sólo trae una sobrepoblación en las cárceles", señala.


Reforma Penal Internacional es partidaria de mecanismos alternativos a la pérdida de libertad, como la "justicia restaurativa".


Hill admite que no hay investigaciones que muestren que tales mecanismos redundan en una reducción del crimen. "Sin embargo, hay un vínculo directo entre empleo y crimen, pobreza y crimen, educación y crimen. 

Y la participación en programas de tratamiento tiene un impacto en la tasa de reincidencia", dice.

Una vez que la decisión de poner al individuo tras las rejas ha sido tomada, el dilema de rehabilitar o penalizar vuelve a asomarse tercamente. Y no es fácil de resolver.

Doble pena

"El sistema criminal no puede seguir siendo una forma costosa de darle un descanso a los ciudadanos de los delincuentes, antes de que vuelvan a las calles a cometer más crímenes", decía un informe oficial del Ministerio de Justicia británico en 2010.

"Desafortunadamente, yo diría que en muchos países y regiones todavía se pone el énfasis en el castigo. Incluso si discutes las condiciones de vida dentro de la prisión, te dicen que no se supone que sean bonitas. Pero esto no debería ser una condena adicional a la pérdida de libertad. Es un castigo doble", sostiene Huber.


Protesta en una cárcel de Perú en agosto pasado

En América Latina las protestas por las condiciones de vida en la cárcel, como ésta ocurrida en agosto en Perú, son frecuentes.


Sea porque así fueron concebidas o porque las circunstancias han hecho de ellas "infiernos contenidos", este cuadro parece describir en buena medida el panorama de las prisiones en América Latina.


"Pero al mismo tiempo -apunta Gary Hill- hay una gran mezcla. Algunos tienen programas maravillosos de manejo de agresividad, de madres y bebés en prisión. El problema es que las sentencias se están incrementando y los países no están preparados para ofrecer alternativas a la prisión".


Para Andrea Hubber, las condiciones en prisión son clave de cara a la futura liberación de quienes han cometido un delito.


"La cárcel no va a la razón por la cual se cometió la falta. Si simplemente encierras a la gente no es sorprendente que luego no se adapten a la sociedad", añade.

Para Huber, lo más grave del asunto es que "el tema no está en la agenda internacional".

"La idea es seguir tratando el crimen con dureza. Pero, ¿está haciendo a las sociedades más seguras o sólo es un sistema increíblemente caro?", se pregunta.

Fuente:


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