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26 de enero de 2011

Genoma del orangután coincide en un 97% con el del ser humano

Sin embargo, “no somos tan parecidos a ese homínido, ni al resto de ellos como se pensaba hace unos años”, dijo científico.

Un consorcio internacional de investigación ha secuenciado el genoma del orangután, el homínido más distante del ser humano, aunque con unas coincidencias genéticas que alcanzan el 97%, según publica esta semana la revista Nature en portada.

Científicos del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona (UPF-CSIC) y del Instituto de Oncología de la Universidad de Oviedo han colaborado en este trabajo, dirigido por el investigador Devin Locke, de la Washington University in St. Louis, que es fruto de la colaboración de más de treinta laboratorios de siete países.

Los investigadores han identificado los más de tres millones de pares de bases que constituyen el genoma del orangután, un animal con el que el hombre compartió un antepasado común hace más de doce millones de años.

Pese a las grandes coincidencias genéticas del ser humano con el orangután, “los humanos no somos tan parecidos a ese homínido, ni al resto de ellos como se pensaba hace unos años”, ha explicado a Efe Arcadi Navarro, coordinador del trabajo aportado al estudio por los investigadores de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, donde es catedrático de genética.

Grandes diferencias

El científico, que es además de profesor del Instituto de Biología Evolutiva (UPF-CSIC), ha añadido que “gracias a las técnicas modernas se han detectado diferencias muy importantes en ciertos fragmentos del genoma de unos y otros, y eso nos hace muy distintos”.

Únicamente ese 3% de diferencias en las zonas comunes del genoma representan alrededor de 90 millones de variantes no comunes, a lo que se sumaría otro 15% de rasgos totalmente distintos como consecuencia de los fragmentos genómicos no coincidentes entre ambos grupos.

“Solo en esos fragmentos del genoma no compartidos -señala el investigador- podría haber hasta decenas de genes que nosotros tenemos pero los orangutanes no, y viceversa”.

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El Comercio Perú
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