Son los recepcionistas, camareros, cocineros y otros empleos de hoteles y casinos los que, a través de los dos sindicatos más importantes, han iniciado un movimiento de protesta contra la robotización del trabajo que solo el paso del tiempo podrá determinar hasta dónde escala.
Un buen ejemplo de lo que quieren evitar está en el Tipsy Robot, un bar de Las Vegas en el que los clientes escogen sus combinaciones alcohólicas para crear cócteles personalizados que son preparados por un brazo robótico. El pedido se le realiza mediante una tablet.
La causa tras la protesta es la de siempre: trabajadores tratando de evitar perder sus empleos a causa de robots cuyos costes totales sean inferiores para el empresario.
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