Parecen adornar tu cara, se ponen secos y agrietados en invierno y, de vez en cuando, quedan atrapados entre los dientes cuando los confundimos con la comida.
Pero en realidad, ¿para qué sirven los labios?
Las aves parecen estar bien sin ellos, los de las tortugas son duros como un pico, y aunque la mayoría de los mamíferos los tienen, los humanos somos los únicos que los tenemos permanentemente hacia afuera.
Al parecer, los labios son bastante importantes, tan importantes que vale la pena correr el riesgo de mordérnoslos de tanto en tanto, aunque esto pueda resultar muy doloroso.
Importancia vital
Usar los labios para chupar es una de las primeras habilidades que demostramos al nacer.
De hecho, es tan decisivo para nuestra supervivencia que se lo conoce como un "reflejo primitivo".
Nacimos sabiendo cómo succionar y no requerimos ningún aprendizaje para ello. Así es en casi todos los mamíferos.
Es el reflejo de succionar combinado con otra respuesta primitiva, el reflejo de búsqueda, lo que permite el amamantamiento de los infantes.
El reflejo de búsqueda se expresa cuando la cabeza del bebé gira para encontrar todo lo que roza su boca o mejillas.
Tan pronto como algo entra en contacto con los labios del recién nacido, se activa el reflejo de succión.
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