Martes, 12 de enero de 2010
Los erizos y estrellas de mar comen CO2
¿Qué son los equinodermos?Los equinodermos (Echinodermata, del griego ekhinos, "espina" y derma, "piel") son un filo de animales deuteróstomos exclusivamente marinos y bentónicos. Su nombre alude a su exclusivo esqueleto interno formado por osículos calcáreos. Poseen simetría pentarradial secundaria, caso único en el reino animal, y un sistema vascular acuífero característico.
Existen aproximadamente unas 7.000 especies actuales y unas 13.000 extintas, ya que su historia se remonta a principios del Cámbrico, siendo uno de los grupos animales mejor representados en el registro fósil.
La ciencia que los estudia se llama equinología y el científico se llama un equinólogo.
Lebrato, que en la actualidad cursa sus estudios de doctorado en el Instituto Leibniz de Ciencias Marinas de la ciudad alemana de Kiel, recogió junto a sus colaboradores hasta cinco clases de equinodermos en diversas latitudes del océano Atlántico. Después, los animales, todos ejemplares adultos, fueron limpiados antes de ser congelados, secados y desintegrados en polvo para el análisis del carbono. En el Cabo Vidío, en la zona de Cudillero, Lebrato recopiló erizos y estrellas de mar. El estudio revela que estos animales son auténticas factorías de carbono a nivel global. Sospechábamos que animales que habitan en los fondos, desde las zonas intermareales y charcas a la plataforma continental y pendientes oceánicas, albergaban el potencial de secuestrar muchas toneladas de carbono anuales, pero no imaginábamos que iba a ser similar al plancton», explica el científico langreano.
Las conclusiones del estudio de Lebrato también han sido publicadas en la revista «ESA Ecological Monographs». El artículo de «Nature» resalta, por su parte, el novedoso enfoque de la investigación de Lebrato. También recoge testimonios de expertos en la materia como Justin Ries, paleoceanógrafo de la Universidad de Carolina del Norte, o Craig Smith, biólogo de la Universidad de Hawai, que destacan las posibilidades que abre el trabajo del oceanógrafo langreano.
Mario Lebrato, que tuvo que financiar las fases iniciales del estudio con su dinero «porque nadie creía en ello», resalta las repercusiones de la investigación: «El impacto del estudio es brutal porque estamos desafiando un paradigma de muchos años donde sólo importaba el plancton».
Fuente:
La Nueva España