Desde hace varios años, las siembras furtivas de la fruta han provocado la deforestación de miles de hectáreas de bosques de pino y encino, según datos oficiales.
En muchos casos los productores provocan incendios forestales para luego plantar árboles de aguacate en el terreno devastado.
Otros esconden las plantas entre los pinos, a los que cortan uno a uno para evadir a las autoridades.
Y algunos más secan los grandes árboles para luego justificar su derribo.
En todo caso, el resultado es el mismo.
Cada año se pierden entre 600 y 1.000 hectáreas de bosque por este motivo, según datos del gubernamental Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
La secretaría de Urbanismo y Medio Ambiente de Michoacán estima que los cultivos ilegales de aguacate son de unas 20.000 hectáreas.
Muchas de ellas se encuentran zonas que antes eran bosques o selvas.
Demanda
El cultivo de aguacate es el principal ingreso a la economía de Michoacán.De acuerdo con el secretario de Urbanismo y Medio Ambiente, Ricardo Luna García, el ingreso por esta actividad es de 17.000 millones de pesos anuales, unos US$872 millones.
Según la Asociación de Productores y Empacadores de Aguacate de México (APEAM), cada año se exportan un millón de toneladas de la fruta.
Un fenómeno vinculado a la demanda creciente en Estados Unidos, a donde se envía el 85% de la producción mexicana.
El consumo promedio de los estadunidenses pasó de 500 gramos en los años 90 a 2,5 kilos actualmente.
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BBC