La historia de Nadia Nerea Blanco Gara roza, supuestamente, la tragedia. A sus once años, la niña padece una enfermedad rara denominada tricotiodistrofia. Su caso lo contó hace unos días el periodista Pedro Simón en El Mundo, aunque no es la primera vez que la pequeña aparece en los medios de comunicación. Antes lo hizo en televisiones, periódicos y radios tanto nacionales como regionales. Sin embargo, los testimonios, por triste que pueda parecer la situación, están plagados de falsedades e inverosimilitudes, como apuntaba Josu Mezo, autor del blog Mala Prensa.
Según la versión de la familia, los médicos diagnosticaron la tricodistrofia cuando Nadia sólo tenía dos años. La patología es en realidad un grupo heterogéneo de enfermedades de origen genético detectadas en 36 personas de todo el mundo, de acuerdo con lo que dice el padre de Nadia a Hipertextual. Sin embargo, este dato no es cierto. Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos explican que el espectro TTD, tal y como se conoce en inglés, presenta una incidencia estimada de un afectado por cada millón de recién nacidos en Europa y Estados Unidos.
La tricotiodistrofia es una enfermedad rara, muy poco frecuente. Un artículo publicado en Journal of Medical Genetics documentó al menos 112 pacientes a nivel internacional, algo más del triple de casos que cita El Mundo. Es decir, a día de hoy, solo hay un centenar de afectados por tricotiodistrofia en todo el mundo, entre ellos la propia Nadia. Pero esta no es la única inconsistencia en la historia de la pequeña.
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