Cuando nació la imprenta gracias al alemán Johannes Gutenberg en 1436, por primera vez en la historia se empezaron a poder copiar libros de forma fácil y barata. Ello fue un poderoso incentivo para aprender a leer: antes había pocos libros y eran difícil de obtener. Por ejemplo, una persona nacida en 1453, el año de la caída de Constantinopla, podía atesorar ocho millones de libros nacidos gracias a la imprenta, más que todos los libros producidos por todos los amanuenses y escribas de Europa.
La imprenta fue, pues, algo así como el internet del pasado, una gigantesca y poderosa herramienta de difusión del conocimiento. Por eso produce cierto escalofrío contemplar una de esas imprentas funcionando, como en el vídeo que encabeza esta entrada.
La imprenta está en Crandall Historical Printing Museum. En la demostración se imprime una de las páginas de la biblia Gutenberg, el primer texto que imprimió Gutenberg.
Luego llegaron otros libros, y profundas revoluciones sociales. Porque la imprenta hizo grandes cosas por nosotros (aunque dentro de poco dejará de hacerlas).
Vía | Microsiervos
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