El asunto parece complicado, pero según un estudio publicado en la revista Nature, es posible la producción de pequeñas láminas de grafeno con la batidora que tenemos en la cocina.
Las delgadas láminas de carbono son el material más fuerte del mundo, además de ser buen conductor de la electricidad y muy flexible. Sus aplicaciones parecen infinitas, como pantallas táctiles flexibles o sistemas de tratamiento de agua. El problema viene en conseguir grandes cantidades de escamas de grafeno de buena calidad a un precio aceptable.
El estudio de la revista Nature describe como una batidora, funcionando a alta potencia (unos 400 vatios), al que se le ha añadido medio litro de agua, entre 10 y 25 mililitros de detergente y entre 20 y 50 gramos de polvo de grafito y haciéndola funcionar unos 10-30 minutos, da como resultado un gran número de escamas micrométricas de grafeno suspendidas en el agua.
El experimento muestra lo simple del método para la producción de grafeno en cantidades industriales. El producto obtenido se puede comercializar como polvo seco o como líquido para pulverizar sobre otros materiales.
Las escamas no son de tan alta calidad como las producidas por los ganadores del Premio Nobel de Química 2010, Andre Geim y Kostya Novoselov de la Universidad de Manchester. Tampoco son tan grandes como las hojas de grafeno que actualmente se están produciendo en algunos laboratorios, pero dejando aparte aplicaciones electrónicas de alta gama, las escamas pequeñas son válidas para multitud de aplicaciones.
Vía |Nature
Fuente:
Xakata Ciencia