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10 de junio de 2013

¿Realmente sólo usamos el 10% de nuestro cerebro?

Es asombroso cuántos mitos médicos rondan por ahí. Pero una parte del cuerpo parece atraer más que otras: el cerebro.

 Uno de mis favoritos es el de que sólo usamos el 10% del cerebro. Es una idea atractiva pues sugiere que podríamos ser mucho más inteligentes, exitosos o creativos si lográramos aprovechar ese 90% que desperdiciamos.

Desafortunadamente, no es cierto.
En primer lugar, es importante hacer una pregunta: ¿10% de qué?

Si se refiere al 10% de las regiones del cerebro, es una afirmación fácil de refutar.

Usando una técnica llamada imagen por resonancia magnética funcional, los neurocientíficos pueden poner a alguien en un escáner y ver qué partes del cerebro se activan cuando hacen o piensan en algo.

Una simple acción, como cerrar y abrir el puño de la mano o decir unas pocas palabras requiere de la actividad de mucho más de una décima parte del cerebro. Incluso cuando se supone que no se está haciendo nada, el cerebro está haciendo mucho, ya sea controlando funciones como respirar y el palpitar del corazón, o recordando cosas por hacer. (1)

Nada ocioso

Actividad en el cerebro

Incluso al dormir, el cerebro se mantiene activo, como muestra esta imagen de la actividad al soñar.

Quizás el 10% se refiere al número de células del cerebro.

Pero de nuevo, no computa.

Cuando cualquier célula nerviosa se deja de usar se degenera y muere o es colonizada por otras áreas vecinas. Sencillamente, no permitimos que las células del cerebro estén ociosas. Son demasiado valiosas.
Por otro lado, si bien es cierto que la naturaleza a veces es misteriosa, evolucionar para tener un cerebro diez veces más grande de lo necesario sería muy extraño, particularmente teniendo en cuenta que su gran dimensión es tan costosa para la supervivencia, pues puede causar obstrucciones y la muerte de la madre durante el parto.

Además, el cerebro necesita muchos recursos: mantener el tejido cerebral vivo consume 20% del oxígeno que respiramos, según el neurocientífico cognitivo Sergio Della Sala. (2)

De dónde salió

Cerebro

El cerebro consume el 20% del oxígeno que respiramos.

¿Cómo puede una idea sin fundamento biológico ni fisiológico expandirse por todos lados?

Es difícil rastrear la fuente original.

El psicólogo y filósofo estadounidense William James escribió en el libro "Las energías de los hombres" que hacemos "uso solamente de una pequeña parte de nuestros posibles recursos mentales y físicos" (3). Era optimista y pensaba que la gente podía lograr más, pero él no se refiere al volumen del cerebro ni a la cantidad de las células, tampoco da un porcentaje específico.

La cifra del 10% aparece mencionada en el prólogo de la edición de 1936 del popular libro de Dale Carnegie "Cómo ganar amigos e influir sobre las personas", y a veces hay gente que dice que Albert Einstein fue la fuente. No obstante, Della Sala ha tratado de encontrar esa cita y ni siquiera los que trabajan en el archivo de Albert Einstein la han podido hallar. Así que parece ser otro mito.

Zona gris

Hay dos fenómenos que quizás expliquen el malentendido.

Nueve de cada diez células en el cerebro son lo que se denomina neuroglias o células gliales, que son células de apoyo y proveen asistencia física y nutricional al otro 10% de las células, las neuronas, que se encargan de "pensar".

Así que quizás la gente oyó que sólo el 10% de las células se ocupa del trajín duro y asumió que se podían aprovechar las neuroglias también. Sólo que esas células son totalmente distintas y no se podrían de repente transformar en neuronas para darnos más potencia mental.

Cerebro

El 10% piensa, el 90% ayuda a pensar.

Hay, no obstante, un grupo de pacientes cuyos escáneres revelan algo extraordinario.

En 1980, un pediatra británico llamado John Lorber mencionó en la revista Science (4) a unos pacientes con hidrocefalia que tenían muy poco tejido cerebral y sin embargo podían funcionar. El caso, sin embargo, no demuestra que el resto de nosotros podemos usar nuestros cerebros más de lo que lo hacemos, sino que esas personas se habían adaptado a circunstancias extraordinarias.

Es cierto, claro, que si nos lo proponemos podemos aprender nuevas cosas y cada vez hay más evidencia en el área de plasticidad neuronal, que muestra que eso cambia nuestro cerebro. Pero no es que estemos explotando un área nueva del cerebro. Creamos nuevas conexiones entre las células nerviosas o perdemos viejas conexiones cuando ya no las necesitamos.

Lo que me intriga más de este mito es cuánto desilusiona a la gente enterarse de que no es cierto.

Quizás la cifra del 10% es muy atractiva porque es tan baja que ofrece un potencial enorme para mejorar.

Todos queremos ser mejores. Y podemos serlo, si tratamos.

Pero no va a ser porque encontremos una porción de nuestro cerebro en desuso.

1. http://www.nature.com/news/neuroscience-idle-minds-1.11440
2. http://www.journeytoexcellence.org.uk/videos/expertspeakers/mindmythssergiodellasalla.asp
3. http://www.unav.es/gep/EnergiasHombres.html
4. http://www.rifters.com/real/articles/Science_No-Brain.pdf

Fuente:

BBC Ciencia
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