Una tensión en la parte de atrás de la garganta o un
hormigueo en el cuello o un escalofrío que pasa por el cuerpo cuando se
le presta mucha atención a algo o a alguién, como a una persona
susurrando instrucciones. Se llama respuesta sensorial meridiana
autónoma (ASMR) y es una condición que oficialmente no existía hasta
2010.
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Millones de personas estaban haciendo lo mismo: mirando esos videos supuestamente por las sensaciones placenteras que despertaban.
Marsden me pidió mi opinión como psicólogo. ¿Era real? "Seguro", le respondí. Si la gente dice que siente algo, tiene que ser real... de alguna manera.
La pregunta es ¿qué clase de real? ¿Están todas esas personas experimentando lo mismo? ¿Lo aprendieron o es innato? ¿Cuán común es?
Ese es el tipo de preguntas que hacemos los psicólogos. Pero quizás es más interesante lo que sucedió con ASMR antes de que los psicólogos se pusieran a pensar en ello.
Todos los nombres
El hecho de que no tuviera nombre hasta 2010 sugiere que la mayoría de las personas que lo sintieron no hablaron de ello. Es asombroso que haya llegado tan lejos sin un nombre. Científicamente, no existía.
Pero luego, claro, llegó el siglo XXI y, como se dice, incluso si uno es uno en un millón, hay miles como uno en internet.
Ahora hay sitios web, foros de discusión e incluso Wikipedia. Y un nombre. De hecho, muchos nombres: "Euforia Inducida por Atención", "Orgasmo cerebral" o "La sensación sin nombre" son otras etiquetas que se le han dado.
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BBC Ciencia