El estiramiento ayuda a reacomodar a los fluidos que se acumulan mientras dormimos.
Mientras dormimos, los músculos pierden tono y
los fluidos se acumulan en la espalda. El estiramiento ayuda a
masajearlos suavemente, devolviéndolos a su posición original.
Además, los músculos se protegen de
extenderse excesivamente mediante la inhibición de impulsos nerviosos a
medida en que se acercan a su límite. Con el tiempo, este mecanismo de seguridad se
vuelve cada vez más restrictivo. Estirar hace que el músculo se salga de
su rango y vuelva calibrar los mecanismos que determinan su movimiento
regular. Fuente: BBC Ciencia