La planta del ají produce el químico capsaicina para desalentar a los animales herbíboros de comerse sus frutos.
En este sentido, la planta ha desarrollado un
mecanismo de defensa que irrita a los mamíferos, cuyos dientes destruyen
las semillas del ají.
Sin embargo, el mecanismo no tiene efecto en los
pájaros, dado que las aves se tragan las semillas y las esparcen, por
lo que ayudan a conservar este tipo de vegetales.
Fuente:
BBC Ciencia
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